En la parroquia de Sant Joan de Vilasar de Mar hemos iniciado un proceso de cambio, consensuado con los Servicios Sociales de nuestro municipio y con otras entidades de atención social, que nos está llevando a implantar el sistema de “tarjeta monedero” para todas las personas y familias
“En nuestras manos no está cambiar las políticas de los pueblos, pero sí está cambiar nuestro corazón para que Jesús nuestro Señor siga cuidando pobres con nuestras manos. Nosotros, como Jesús, no fuimos ungidos por el Espíritu Santo para recitar un credo, sino para llevar una buena noticia a los pobres”. Son palabras del obispo de Tánger, Mons. Santiago Agrelo, que nos hace llegar la voz del Evangelio desde una de las fronteras y periferias de nuestro mundo, la Frontera Sur, y que en más de una ocasión ha hecho oír esa voz profética en nuestros encuentros de la familia que somos Cáritas de Cataluña.
Y creo que no debemos perder esta perspectiva más global y más profunda a la vez cuando se trata de nuestras pequeñas Cáritas parroquiales, cuando tratamos de hacer llegar esta buena noticia a las personas más vulnerables de nuestros pueblos y barrios. Hacía tiempo que desde el equipo de Cáritas de la parroquia de Sant Joan de Vilasar de Mar sentíamos la necesidad y la urgencia de poner al día la manera de acoger y atender a las personas que nos llegan derivadas de los Servicios Sociales del Ayuntamiento, sobre todo en cuanto a atender sus necesidades básicas. Hacía tiempo que sentíamos que la manera de dar respuesta a la demanda de alimentos y ropa no era la mejor, que teníamos que renovarnos, adecuarnos más a los criterios y oportunidades de los tiempos presentes.
Un acompañamiento en 360 grados
Y es en este momento que nos empiezan a llegar también las reflexiones e interrogantes que elabora Cáritas Diocesana de Barcelona sobre el reparto de alimentos y otros productos básicos. En el encabezamiento del documento que presenta estas reflexiones e interrogantes encontramos las siguientes palabras del Papa Francisco, dirigidas en un discurso en el encuentro de los Movimientos Populares (Vaticano, 28-10-2014): “No se puede abordar el escándalo de la pobreza promoviendo estrategias de contención que únicamente tranquilizan y convierten a los pobres en seres domesticados e inofensivos. Es triste ver que detrás de supuestas obras altruistas, se reduce el otro a la pasividad”. Son palabras duras y punzantes, que nos urgían a un cambio de modelo en la atención a las personas que atendemos desde Cáritas.
Es así que hemos iniciado un proceso de cambio, consensuado con los Servicios Sociales de nuestro municipio y con otras entidades de atención social, que nos está llevando a implantar el sistema de “tarjeta monedero” para todas las personas y familias que nos deriven a Cáritas parroquial. Cada beneficiario tendrá esta tarjeta, con un saldo mensual asignado según sus necesidades, que le permitirá ser él mismo el administrador de esta ayuda recibida. En paralelo, desde Cáritas ofreceremos a estas personas beneficiarias un apoyo, un acompañamiento más personalizado, e incluso unos pequeños cursos de formación en economía doméstica, en gestión energética, en inserción laboral que las ayuden a ir creciendo y avanzando en su propia organización y autonomía para procurar salir de las diferentes situaciones de pobreza o de dependencia en las que se encontraban.
El inicio de este camino, a pesar de no ser fácil, está resultando estimulador y renovador para todas las partes implicadas. Está suponiendo también un trabajar más codo con codo con todos los agentes que intervenimos en la atención y acompañamiento de estas personas y familias, llegando a una mayor dignificación en esta atención, y quizás también en una mayor eficacia. Que por intentarlo no quede.
