07Josep Pascual, médico jubilado y voluntario, explica los principios éticos que debe haber en el cuidado y acompañamiento de gente mayor
La ética es una disciplina filosófica que estudia el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano. Es un conjunto de costumbres y normas que dirigen o valoran el comportamiento humano en una comunidad. En el caso que nos ocupa regula el comportamiento de las personas que cuidan a otras personas.
Cuidar a una persona en situación de dependencia no es tarea fácil. Es un deber de humanidad y una expresión de responsabilidad, pero a la vez una fuente de aprendizaje y de crecimiento en muchos sentidos. Exige condiciones y habilidades técnicas que se pueden aprender, pero también y de manera especial, una actitud de respeto hacia los derechos del otro y el desarrollo de determinadas virtudes. (Mª Dulce Fontanals. Comité de Ética SARquavitae)
Cuatro principios éticos básicos para acompañar…
- La Dignidad: “Derecho de la persona de ser respetado y valorado como ser individual y social, con sus características y condiciones particulares, por el solo hecho de ser persona”. Es ineludible y constitutivo.
- La Integridad: “Es el equilibro y la armonía entre las diversas dimensiones de la existencia humana que conforman un ser único”. Concepción unitaria de la persona.
- La Autonomía: “Capacidad del ser humano de regularse por sí mismo y proyectar la propia existencia, y gobernarse a partir de los propios criterios y principios”.
- La Vulnerabilidad: Es la fragilidad. Todo ser humano es vulnerable, pero especialmente en situaciones como “la enfermedad, la vejez, el sufrimiento y la muerte”.
…y 14 virtudes personales imprescindibles
La atención integral es condición imprescindible para alcanzar unos cuidados excelentes y se basa en cuatro dimensiones:
- Dimensión corporal: Vivimos encarnados en un cuerpo, por lo que la dimensión somática (física) es fundamental en la acción de cuidar.
- Dimensión psicológica: La vida psíquica no se desarrolla paralelamente a la vida corporal, sino en íntima relación con ella.
- Dimensión social: El ser humano es un ser relacional, un nudo de vínculos y se construye en un entorno social, cultural y político.
- Dimensión espiritual: El ser humano está abierto a la pregunta por el sentido de la vida y necesita respuestas desde la filosofía y la tradición
Visto todo esto, el voluntario/cuidador debe tener en cuenta todo lo expuesto anteriormente, pero además debe poseer una características especiales y humanas que llamaremos virtudes y que, sin ellas, difícilmente podrá ejercer su trabajo de forma éticamente correcta. Son 14 virtudes irrenunciables que deben caracterizar al voluntario/cuidador: el respeto, la amabilidad, la alegría, la paciencia, la comprensión, la responsabilidad, la escucha, la confianza, la empatía, la veracidad, la confidencialidad, la tolerancia, la prudencia y la humildad.
Si el voluntario/cuidador se define dentro de estas virtudes en su totalidad, con toda seguridad que estará ejerciendo de forma ética su trabajo.