Sin hogar y vivienda / Opinión / 04/04/2024

La reinserción, una nueva oportunidad como sociedad

Publicado por: Lourdes Ginestà

En unos momentos en los que el modelo penitenciario está sobre la mesa, donde nos debatimos sobre si las medidas actuales son las que realmente nos protegen como sociedad, es fundamental reflexionar sobre cuáles son los valores que nos identifican y el impacto que pueden tener en aquellos que buscan una segunda oportunidad.

 

Cuando nos adentramos en el mundo penitenciario, nos vienen a la cabeza mitos, prejuicios y estigmas y no vemos lo que hay detrás de esto: una persona que sufre por su situación, por su familia y que se encuentra en un proceso transformador.

Los datos señalan que gozar del régimen penitenciario de vida abierto y la libertad condicional aportan un indicador de protección para la persona atendida respecto a la reincidencia. Por este motivo, es necesario potenciar la aplicación de este sistema de vida y favorecer la reinserción desde proyectos de acompañamiento integrales a la persona.

El paso por prisión implica, en muchos casos, un efecto psicológico que sufre la persona cuando ingresa en el centro penitenciario, puesto que vivirá una experiencia traumática en el proceso de habituarse al mundo de la cárcel, su lenguaje, costumbres, valores , normas y cultura. A esto le llamamos presonización, tal y como lo definió Donald Clemmer en 1940. A este hecho, debemos sumarle que enfrentarse a la salida no es mucho más ralentizador. En ocasiones, puede provocar unas consecuencias irreparables como la pérdida de vínculos familiares, trabajo o casa, y enfrentando a la persona en un proceso de retorno a la sociedad peor de lo que había dejado.

Como en Cáritas, apostamos por la reinserción de las personas en situación penitenciaria, desde el inicio de los permisos de salida, hasta la libertad definitiva. Acompañamos a la persona como protagonista de su propio proceso, de forma integral, ofreciéndole un espacio de recuperación, basado en el vínculo y el amor, lejos de juicios y donde la confianza permita definirse como herramienta transformadora.

Mosén Pere Oliveras sabía mucho de esto y por este motivo inició una tarea referente, de acogida y acompañamiento a las personas en situación penitenciaria, tanto dentro como fuera de la cárcel. Los valores que lo definían han sido el marco de intervención para continuar su legado como Cáritas Barcelona. Unos valores de hospitalidad, respeto y espiritualidad que se transmiten a nuestros proyectos. Siguiendo su legado y su labor, en 2019 se abrió en la parroquia de Santa María de Sants la casa de acogida mosén Pere Oliveras Lapostolet, un recurso con apoyo socioeducativo de 16 plazas para hombres en proceso de reinserción penitenciaria.

Tenemos la responsabilidad de contribuir al buen funcionamiento y desarrollo de la sociedad. Muchas veces nos dejamos arrastrar por estigmas y prejuicios, y seguimos criminalizando a la persona presa aunque ya haya finalizado la condena. Es importante dejar atrás nuestros miedos y dar lugar a valores sociales fundamentales, promoviendo comportamientos éticos y responsables en todos los ámbitos de la vida.

“Todos nos necesitamos los unos a los otros, sean fuertes o débiles, para andar por una sociedad más justa.”

Mn. Pere Oliveras

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Responsable de Llar Betania de Cáritas Diocesana de Barcelona

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