Más de 400 personas llenan Sant Paulí de Nola para celebrar la Jornada Mundial de los Migrantes | Blog de Cáritas Barcelona
Migración / 26/01/2016

Más de 400 personas llenan Sant Paulí de Nola para celebrar la Jornada Mundial de los Migrantes

Publicado por: Cáritas Diocesana de Barcelona

El domingo 24 de enero, la Parroquia de Sant Paulí de Nola de Barcelona acogió un encuentro diocesano con motivo de la Jornada Mundial de los Migrantes, que este año tiene el lema: “Estoy en la puerta y llamo. ¿Me acogerás? Seamos esperanza”.

Las personas más madrugadoras pudieron saborear un chocolate caliente que las ayudó a entrar en calor en un día que se despertó gris y húmedo. A medida que avanzaba la mañana, la parroquia se llenó de gente que quería compartir esta jornada comunitaria, festiva y de plegaria. Unas niñas filipinas entregaban a la entrada de la iglesia unos corazones de papel de diferentes colores, que recordaban la diversidad de las personas que llegaban de diferentes barrios de Barcelona para rezar juntas.

A las 12.30h empezó la Eucaristía presidida por el Arzobispo Joan Josep Omella, que concelebró con los diferentes sacerdotes de las comunidades cristianas y el delegado diocesano de Pastoral Social, Mn. Josep M. Jubany. El rector de la parroquia, Mn. Salvador Torres, al dar la bienvenida a los asistentes que llenaban la iglesia destacó la diversidad de procedencias de las personas de su parroquia y la riqueza que esta realidad aportaba.

La celebración contó con la participación de la comunidad italiana, polaca, guineana, nigeriana, francesa, china, latina, neerlandesa y filipina. Cada una formaba parte del mosaico de un mundo multicultural que tiene que construir puentes entre las personas en lugar de barreras.

El Arzobispo empezó la homilía compartiendo con los asistentes preguntas que niños y niñas habían dirigido a Dios para acabar reflexionando sobre la diversidad. Los ejemplos llenos de la sinceridad de los niños llamaron la atención de pequeños y grandes.

Omella, al ver todos los asistentes que llenaban la iglesia, destacó la importancia del encuentro: “Hoy aquí el Señor ha hecho un milagro porque ha reunido a muchas personas diferentes, y todos nos sentimos como en casa”. Siguiendo con su lenguaje cercano y lleno de imágenes evocadoras, hizo reflexionar a los asistentes sobre las actitudes que a menudo tiene la sociedad ante el recién llegado al comparar la diversidad con un arco iris, “contemplar el arco iris nos gusta porque es bonito por la diversidad de colores que acoge y, en cambio, cuando vemos la diversidad en nuestro barrio nos molesta. Y tenemos que recordar que estas personas están en su casa y embellecen el horizonte”.

Su homilía fue un llamamiento para que todas las personas trabajemos juntas para conseguir que la tierra sea la casa común de todos, puesto que solamente siendo conscientes de esto, conseguiremos que todo el mundo se sienta como en casa allí donde esté.

La celebración contó con los cantos de un grupo de chicas filipinas que con sus voces emocionaron a los asistentes; la comunidad africana cantó el Santo y el Padre Nuestro se escuchó en chino mientras todo el mundo se cogía de las manos. A través de estos cantos también se mostró la belleza de la diversidad.

Mn. Josep M. Jubany, delegado diocesano de Pastoral Social y organizador del encuentro junto con el colectivo ‘Caminemos juntos en la diversidad’ y Cáritas, tuvo palabras de agradecimiento para todos los asistentes y recordó que “A pesar de hablar idiomas diferentes y de venir de lugares diferentes, a todos nos une una misma cosa: el Amor”. También recordó a todas las personas que tienen que arriesgar sus vidas buscando una vida digna para ellas y para sus familias lejos de su tierra.

La Eucaristía acabó con el Virolai y el Arzobispo Joan Josep Omella saludando con afecto a los asistentes a la salida de la iglesia.

A las 14h se hizo la comida en los locales parroquiales, que se llenaron de comidas diferentes, lenguas diferentes y deseos y sueños comunes: que todos nos sintamos hermanos, vengamos de donde vengamos.

Después de comer, los asistentes participaron en un juego teatral a cargo de una actriz especializada en teatro social. Fue una dinámica muy divertida, y que además, dio lugar a la reflexión y a la sensibilización respecto a los miles y miles de migrantes que se ven obligados a dejar sus países y sus historias de vida, buscando un lugar seguro donde encontrar paz y tranquilidad.

Durante esta dinámica aparecieron conceptos como amistad, libertad, amor, acogida y familia entre otros. Un grupo de participantes, que salieron de manera voluntaria, representaron estos conceptos con su cuerpo. A partir de las diversas formas de expresarlos, uno de los participantes manifestó que “no hace falta que seamos del mismo país o de la misma cultura para ayudarnos el uno al otro”.

La siguiente actividad fue representar, a modo de escultura, algunas de las situaciones que sufren las personas refugiadas durante su proceso de Migraciónn. Los participantes tenían que exponer qué querían expresar con aquella postura, y a través de sus explicaciones, se reafirmó la capacidad de empatía y de acogida de las personas.

Para poner fin a la jornada, se realizó una plegaria con un recuerdo especial para las personas refugiadas que llaman a la puerta de Europa. Simbolizando algunas situaciones que viven los migrantes, se hizo un muro hecho con cajas que formaban las palabras: rumores, prejuicios, xenofobia y mentiras. Y, durante la plegaria, se fue dando la vuelta a las cajas y transformando las palabras en un mensaje de esperanza. De este modo, se manifestó que de la misma forma que se había transformado el muro, deberíamos trabajar día en día para transformar nuestra sociedad y dar signos de esperanza a todas aquellas personas que viven estas situaciones. Demostrar que nuestra puerta está abierta para acogerlos.

El diumenge 24 de gener, la Parròquia de Sant Paulí de Nola de Barcelona va acollir una  Trobada diocesana amb motiu de la Jornada Mundial dels Migrants, que aquest any té el lema: “Sóc a la porta i truco. M’acolliràs? Siguem esperança”. Les persones més matineres van poder assaborir una xocolata calenta que les va ajudar a entrar en calor en un dia que es va despertar gris i humit. A mesura que avançava el matí, la parròquia es va omplir de gent que volia compartir aquesta jornada comunitària, festiva i de pregària. Unes nenes filipines entregaven a l’entrada de l’església uns cors de paper de diferents colors, que recordaven la diversitat de les persones que arribaven de diferents barris de Barcelona per pregar juntes.

A les 12.30h va començar l’Eucaristia presidida per l’Arquebisbe Joan Josep Omella, que va concelebrar amb els diferents preveres de les comunitats cristianes i el delegat diocesà de Pastoral Social, Mn. Josep M. Jubany. El rector de la parròquia, Mn. Salvador Torres, en donar la benvinguda als assistents que omplien l’església va destacar la diversitat de procedències de les persones de la seva parròquia i la riquesa que aquesta realitat aportava.

La celebració va comptar amb la participació de la comunitat italiana, polonesa, guineana, nigeriana, francesa, xinesa, llatina, neerlandesa i filipina. Cadascuna formava part del mosaic d’un món multicultural que ha de construir ponts entre les persones enlloc de barreres.

L’Arquebisbe va començar l’homilia compartint amb els assistents preguntes que nens i nenes havien adreçat a Déu per acabar reflexionant sobre la diversitat. Els exemples plens de la sinceritat dels infants van atreure l’atenció de petits i grans.

Omella, en veure tots els assistents que omplien l’església, va expressar la seva alegria dient que “avui aquí el Senyor ha fet un miracle perquè ha reunit moltes persones diferents, i tots ens sentim com a casa”. Seguint amb el seu llenguatge proper i ple d’imatges evocadores, va fer reflexionar els assistents sobre les actituds que sovint té la societat davant el nouvingut en comparar la diversitat amb un arc de Sant Martí, “contemplar l’arc de Sant Martí ens agrada perquè és bonic per la diversitat de colors que acull i, en canvi, quan veiem la diversitat al nostre barri ens molesta. I ens cal recordar que aquestes persones estan a casa seva i embelleixen l’horitzó”.

La seva homilia va ser una crida perquè totes les persones treballem plegades per aconseguir què la terra sigui la casa comú de tots, ja que solament sent conscients d’això, aconseguirem que tothom se senti com a casa allà on sigui.

La celebració va comptar amb els cants d’un grup de noies filipines que amb les seves veus van emocionar els assistents, la comunitat africana va cantar el Sant, i el Pare Nostre es va escoltar en xinès mentre tothom s’agafava de les mans. A través d’aquests cants es va mostrar la bellesa de la diversitat.

Mn. Josep M. Jubany, delegat diocesà de Pastoral Social, organitzador de la trobada, juntament amb el col·lectiu “Caminem junts en la diversitat” i Càritas, va tenir paraules d’agraïment per a tothom i va recordar que: “Tot i parlar idiomes diferents i venir de llocs diferents, a tots ens uneix una mateixa cosa: l’Amor”. També va recordar totes les persones que han d’arriscar les seves vides buscant una vida digna per a elles i les seves famílies lluny de la seva terra.

L’Eucaristia va acabar amb el Virolai i l’Arquebisbe Joan Josep Omella saludant amb afecte els assistents a la sortida de l’església.

A les dues del migdia es va fer el dinar als locals parroquials, que es van omplir de menjars diferents, parlars diferents i desitjos i somnis comuns: que tots ens sentim germans, vinguem d’on vinguem.

Després de dinar, els assistents van participar a un joc teatral a càrrec d’una actriu especialitzada en teatre social. Va ser una dinàmica molt divertida, però a més a més, va donar lloc a la reflexió i a la sensibilització respecte els milers i milers de migrants que es veuen obligats a deixar els seus països i les seves histories de vida, cercant un lloc segur on trobar pau i tranquil·litat.

Durant aquesta dinàmica van aparèixer conceptes com amistat, llibertat, amor, acollida i família entre d’altres. Un grup de participants, que van sortir de manera voluntària, van representar aquests conceptes amb el seu cos. A partir de les diverses formes d’expressar-los, un dels participants va manifestar que “no cal que siguem del mateix país o de la mateixa cultura per ajudar-nos l’un a l’altre”.

La següent activitat va ser representar, a mode d’escultura, algunes de les situacions que pateixen les persones refugiades durant el seu procés de Migración. Els participants havien d’exposar què volien expressar amb aquella postura, i a través de les seves explicacions, es va reafirmar la capacitat d’empatia i d’acollida de les persones.

Per posar fi a la jornada, es va realitzar una pregària amb un record especial per a les persones refugiades que truquen a la porta d’Europa. Per simbolitzar algunes situacions que viuen els migrants, es va fer un mur fet amb caixes que formaven aquestes paraules: rumors, prejudicis, xenofòbia i mentides. Durant la pregària, es va anar donant la volta a les caixes i transformant les paraules en un missatge d’esperança. D’aquesta manera, es va manifestar que de la mateixa forma que s’havia transformat el mur, havíem de treballar dia a dia per transformar la nostra societat i donar signes d’esperança a totes aquelles persones que viuen aquestes situacions. Demostrar que la nostra porta està oberta per acollir-los.

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