Desde Cáritas Barcelona, queremos lamentar la muerte de una persona vulnerable por cuestiones relacionadas con la vivienda. La muerte de en Segundo, no es un caso aislado, sino que es la punta del el iceberg de una problemática que arrastramos desde hace muchos años. Es un fracaso de toda la sociedad.
Segundo contó con el acompañamiento laboral de Cáritas Diocesana de Barcelona entre febrero y el noviembre de 2020, meses marcados por la pandemia, puesto que desde 2018 no encontraba ninguna oportunidad laboral. Durante este periodo, se lo acompañó en la busca de trabajo, y se lo asesoró para vincularse a servicios sociales y pedir la prestación a la cual tenía derecho, y que finalmente acabó percibiendo. Se presentó a ocho ofertas de trabajo diferentes. Desgraciadamente y a pesar de sus esfuerzos, ninguno de las ofertas laborales fructificó.
Hemos reiterado varias veces que la emergencia habitacional continúa muy presente en el área de Barcelona, y que el 67% de los hogares atendidos por Cáritas no disponen de una vivienda digna. El 26% de los hogares atendidos no tienen ingresos (4.300 hogares), 18 puntos porcentuales más que antes de la COVID-19. Así mismo, el 58% de las personas se encuentran en una situación psicoemocional peor que antes de la pandemia y un 41% ha sufrido uno o más ataques de ansiedad o pánico. Casos como el de Segundo, muestran el grado de sufrimiento de las personas que no tienen trabajo y no pueden hacer frente a los gastos de vivienda, de alimentación, en definitiva, a poder vivir una vida digna.
Insistimos en la necesidad de un plan de rescate estructural de lucha contra las causas generadoras de exclusión social, puesto que desde la solidaridad no se puede solucionar un problema estructural. Es necesario garantizar el derecho a la vivienda, ampliando el parque de vivienda pública de alquiler social, facilitando el acceso al alquiler de mercado en la población en situación de exclusión social o destinando más recursos por la Mesa de emergencia y el derecho a la protección social que garantice unos ingresos para cubrir las necesidades básicas y que contemple los gastos generados por aquello que se fundamental: alquiler + alimentación básica. Hace falta que las administraciones competentes actúen ya. Las personas vulnerables no pueden esperar más.
