Cáritas Diocesana de Barcelona celebra su jornada institucional reflexionando sobre el compromiso de la entidad con la sociedad actual
Durante el mes de marzo, Cáritas Diocesana de Barcelona celebró su jornada institucional anual en el Seminario Conciliar de Barcelona. La jornada, celebrada durante dos días, contó con más de 400 asistentes entre personas voluntarias y contratadas.
La conferencia inicial corrió a cargo de Enric Canet, director de Relaciones Ciudadanas del Casal dels Infants. Canet, vinculado a los inicios del servicio de colonias de Cáritas Barcelona, repasó lo que fue Cáritas durante la transición, pero también reflexionó sobre lo que debería ser en la actualidad.
“La Cáritas que conocí en mis inicios era Cáritas de las parroquias, de los barrios. Curas jóvenes, personas comprometidas con la transformación, trabajadoras sociales formadas, implicadas social y políticamente”, rememoró. En este sentido, Canet explicó que la Cáritas de los setenta y ochenta era sinónimo de construcción de bondad, siempre vinculada a las parroquias, asociaciones de vecinos y barrios más humildes. Así, Canet pidió que las parroquias sigan siendo una herramienta de transformación social, arraigadas en los barrios y atentas a las situaciones de exclusión social de sus vecinos y vecinas. “La Iglesia debe ser un espacio abierto a todo el mundo, un espacio que nunca cierre las puertas a nadie”. Por ello, animó a todos los asistentes a implicarse al máximo con la acción social, afirmando que, si las personas no servimos para la transformación social, no servimos para nada. “No cambiaremos el mundo, pero lo haremos más amable”.
En cuanto a la labor de las personas voluntarias, Canet admitió que la palabra voluntario no le gusta, puesto que legalmente solo define a aquel que no cobra. Para él, el término va mucho más allá, defendiendo que las personas voluntarias también son profesionales, expertas. “Son aquellas personas que hacen bien su trabajo”, dijo.
Finalmente, advirtió que la sociedad post-COVID está marcada por el infantilismo y el individualismo y que necesitamos vivir nuestra vida cotidiana con más humanidad. “Solidaridad significa estar cerca del otro. Sentir el dolor del otro como propio. Un gesto, una mirada, una palabra puede transmitir proximidad, acogida y convicción”.
Para finalizar la jornada, Eduard Sala, director de Cáritas Diocesana de Barcelona, pidió confianza entre los equipos para construir familia, afirmando que Cáritas son todas y cada una de las personas que la forman. Defendió que Cáritas es sinónimo de comunidad, de servicio a la Iglesia en su conjunto. “Para estar al servicio de los más vulnerables debemos ser personas polivalentes, centradas en trabajar por el bien común”, pidió. Para llevar a cabo este trabajo, animó a las personas asistentes a participar en la elaboración del Marco Estratégico Confederal de Cáritas Española, con el que se quiere conseguir un diagnóstico conjunto de los principales desafíos estratégicos que tiene Cáritas en los próximos años.
