Cuando se cumple un año del decreto de estado de alarma, Cáritas Diocesana de Barcelona ha querido hacer una mirada atrás, advirtiendo de la situación de pobreza y exclusión social que ha dejado la pandemia.
“Si bien hay una mejora de los datos epidemiológicos y en el avance en la campaña de vacunación, lo cierto es que no habrá un remedio a corto plazo que ayude a bajar el nivel de precariedad que ha dejado la COVID-19“, ha indicado el director de Cáritas Barcelona, Salvador Busquets.
5.500 personas acompañadas Cáritas viven en hogares que no tienen ningún ingreso económico (suponen el 21,2% de los hogares), y se multiplican por 2,6 en comparación con antes de la COVID-19. Esto se traduce en cerca de 17.500 personas en situación de pobreza severa (más del 60% de los hogares atendidos por Cáritas). “Los hogares que sufren pobreza severa son aquellos en donde hay personas solas que tienen que vivir cada mes con menos de 440€, o parejas con dos hijos que viven con menos de 930€ al mes. Son situaciones que diariamente atienden a los profesionales y voluntarios de Cáritas, y observamos con impotencia como personas con una pensión o un trabajo no tienen suficientes recursos para llegar a fin de mes“, afirma el director de Cáritas.
Asimismo, 13.000 personas no pueden asumir los costes de los suministros, y el 16% de las familias (cerca de 3.900) se han visto obligadas a cambiar de domicilio para disminuir los gastos. “En un momento en que los responsables públicos recomiendan que nos quedemos en casa, es insólito que muchas familias tengan que verse forzadas a cambiar de vivienda por motivos económicos. No estamos hablando solo de personas que cambien de piso, sino de familias que tienen que cambiar la precaria habitación en donde viven por otra con unas condiciones iguales o peores”. El director de Cáritas ha querido recordar que el 64,1% de los hogares atendidos por la entidad no disponía de un hogar digno en septiembre de 2020, con cerca de un 40% de las familias en habitaciones de realquiler.
Un agradecimiento para todos los colaboradores
A pesar de la complicada situación, Cáritas Diocesana de Barcelona ha impulsado la campaña “Gracias”, para agradecer el apoyo de todas las personas que durante el 2020 la han apoyado para combatir las consecuencias sociales y económicas de la COVID-19.
Casi 7.500 personas hicieron un donativo a la entidad durante el 2020, lo que representa casi el doble de personas que en el año 2019. “Nuestra tarea no sería posible sin el apoyo de los colaboradores: voluntarios, socios, donantes, entidades y mossens. Son los que nos permiten seguir adelante”, ha remarcado Busquets.
Cáritas también ha hecho un agradecimiento especial al tejido empresarial, indicando que 429 empresas han colaborado con Cáritas Barcelona durante el año 2020, casi 100 más que el mismo período del año pasado. “La solidaridad del mundo empresarial ha sido clave en los meses más complicados de la pandemia. Hay empresas que colaboran con nosotros durante todo el año, pero en esta ocasión ha habido un compromiso explícito de buena parte del tejido empresarial de la diócesis de Barcelona”.
La entidad de la Iglesia católica ha recordado que más del 80% de su presupuesto anual proviene de fuentes privadas, y que casi tres de cada diez donantes físicos y jurídicos no habían colaborado antes con Cáritas. “La ciudadanía demuestra diariamente que aprobamos en solidaridad individual, pero que suspendemos en la articulación de respuestas colectivas y políticas públicas que transformen las condiciones de vida de las personas en situación de mayor vulnerabilidad. La suma de acciones no equivale a una política social, sino que la lucha contra la pobreza necesita políticas públicas de ingresos mínimos, vivienda e inserción sociolaboral”, ha advertido el director de Cáritas.