Antes de buscar trabajo, es necesario saber quiénes somos y qué queremos conseguir a nivel personal y profesional. Este es el objetivo de los cursos de habilidades sociales y competencias laborales, respectivamente
La desesperanza por no encontrar trabajo afecta íntegramente la persona. Llegados a esta situación, hay que hacer una introspección personal para conocer las debilidades propias y transformarlas en fortalezas sin sentirse juzgado; para ser conscientes del entorno en el que se busca trabajo o para motivarse y mejorar la actitud en una situación tan complicada. Dentro del itinerario de inserción sociolaboral de Cáritas Diocesana de Barcelona, se pretende reforzar lo más básico de la persona: sus habilidades sociales y las competencias laborales para identificar su perfil laboral, es decir, de qué manera , y de qué buscar trabajo.
Desarrollar el proyecto vital
Noé llegó a Barcelona procedente de Honduras y, a los quince días de estar aquí, encontró trabajo cuidando una persona mayor. Un año más tarde, sin embargo, se quedó sin empleo y, justo empezada la crisis, no pudo encontrar ninguna otra oportunidad laboral. Después de estar un tiempo sin salir de casa debido a su desánimo, decidió acudir a Cáritas. Allí le ofrecieron el taller de habilidades sociales, que tiene una duración de cuatro semanas. En grupos de un máximo de 20 personas, esta fase del itinerario va destinada a personas que llevan poco tiempo en España, a gente parada con más de 45 años o aquellos con paro de larga duración, a mujeres que han trabajado siempre en el hogar o jóvenes con fracaso escolar que no han tenido aún su primer trabajo.
En este curso de habilidades sociales, Noé trabajó, por ejemplo, cómo afrontar los conflictos, cómo gestionar el tiempo, la asertividad, la gestión de las emociones… En definitiva, estabilizó su estado emocional y reflexionó sobre qué quería para su vida. De martes a viernes -mañanas o tardes a escoger- y durante 4 horas, las personas como Noé que participan se encuentran a sí mismas y sienten que tienen una visión y actitud diferentes para afrontar la situación que están viviendo ya que nadie las juzga por ser como son. Es así como llegan a “florecer”.
Identificar el perfil laboral
En la clase del lado de habilidades sociales tiene lugar el taller de competencias laborales, el siguiente paso del itinerario sociolaboral. Son cinco semanas, de lunes a viernes, y tiene un triple objetivo: identificar las competencias de la persona, que se quiere hacer profesionalmente y, finalmente, descobrir las fortalezas y debilidades en el ámbito laboral. Hoy, la profesora actúa como un técnico de recursos humanos y, cada cuarto de hora, hace un simulacro de entrevista a una de las personas que participan en el curso de competencias laborales. Los compañeros, mientras tanto, apuntan qué hace bien y qué se podría mejorar según la situación. A veces, la entrevistadora hace el papel de técnica dura; otras, de muy blanda. En definitiva, plantea situaciones laborales reales que les ayudará a afrontar una entrevista de trabajo. Con dinámicas como estas, ganan seguridad en la búsqueda de empleo.
Una vez terminado el curso, Noé -que actualmente está en competencias laborales después de haber hecho habilidades sociales- tiene una tutoría con la referente laboral de Cáritas para marcar su plan de trabajo de cara al futuro. Él ya tiene claro qué quiere hacer cuando termine el taller: formarse para trabajar de auxiliar de veterinario o mozo de almacén ya que siente que “no puedo competir en el mercado de trabajo sin formación”. “Debería haber venido antes a Cáritas porque me ha despertado. El beneficio que da a tanta gente es enorme. Yo invito a todos los que no tengan trabajo a llamar a Cáritas para encontrarse con uno mismo, sentirse más seguro y buscar trabajo acompañado”, aconseja Noé con más seguridad que nunca.