Familia e infancia / 29/07/2022

El acceso al ocio educativo, un derecho todavía condicionado

Publicado por: Albert Frago

El ocio educativo y las actividades extraescolares son una parte fundamental de la educación de niños y adolescentes.

Forman parte de su trayectoria vital y tienen un impacto muy positivo en el rendimiento académico, bienestar emocional y adquisición de habilidades sociales. De hecho, la investigación* en el ámbito educativo apunta a que para los alumnos más vulnerables, participar en determinadas actividades extraescolares equivale a la ganancia de dos meses y medio de proceso académico en un curso escolar ordinario. En el caso de los niños que viven situaciones de vulnerabilidad social es también un elemento de integración, dado que facilita espacios de socialización y se convierte en un elemento facilitador de la cohesión social en los barrios.

La convención de los derechos de los niños reconoce en su artículo 31 el derecho de los niños al descanso y al esparcimiento, a entregarse al juego y a las actividades de recreo adecuadas a su edad, a participar libremente en la vida cultural y las artes. Dice que los Estados miembros deben respetar y promover el derecho del niño a participar plenamente en la vida cultural y artística, y deben favorecer oportunidades de participación en actividades culturales, artísticas, recreativas y de esparcimiento.

Pero, ¿realmente acceden a ellos en igualdad de condiciones?

Según datos del instituto infancia y adolescencia, un 20% de los niños y adolescentes de los barrios con rentas familiares bajas no participan en extraescolares ni entidades de ocio. En cambio, en los barrios con rentas familiares altas solo son un 4% los que no participan en ellos. También el Síndic de Greuges alerta en sus informes anuales sobre los derechos de los niños, que a pesar del aumento de la inversión pública, sigue existiendo una desigualdad en el acceso al ocio educativo que afecta a los niños y adolescentes de familias en situación de vulnerabilidad social. La situación de irregularidad de los padres condiciona también el acceso de los niños al ocio educativo en la medida en que no pueden acceder a las convocatorias de becas, quedando su derecho condicionado por la situación administrativa en el país.

¿Qué hacemos en Cáritas al respecto?

Reivindicamos el derecho de todos los niños y adolescentes a acceder a las actividades de ocio educativo y extraescolares en condiciones de igualdad.

Promovemos que los niños y adolescentes que atendemos puedan acceder a estancias de verano y participar en actividades deportivas durante el curso a través del programa “Clubs amb Cor.”

Dedicamos recursos económicos propios para facilitar el acceso al ocio educativo y actividades extraescolares a niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad que no pueden acceder a las becas.

 

* González Motos, Sheila (octubre 2016) “¿Qué impacto tienen las actividades extraescolares sobre los aprendizajes de los niños y jóvenes?”, ¿Qué funciona en Educación? Barcelona: Fundación Jaume Bofill / Ivalua

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Técnico del Programa de Familias e Infancia de Cáritas Diocesana de Barcelona

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