El Armario Circular quiere constituirse como punto de encuentro, donde vecinos y vecinas puedan conocerse, crear red, contribuir al fomento del consumo responsable y dar segundas oportunidades a la ropa en buen estado.
Ángeles y Mari son voluntarias del Armario Circular del Espacio Polivalente Sant Miquel, un proyecto situado en el barrio del Singuerlín de Santa Coloma que empezó a funcionar en abril de este año. Es un proyecto abierto, donde todo el mundo puede llevar y recoger ropa. El objetivo del espacio es constituirse como punto de encuentro, donde vecinos y vecinas puedan conocerse, crear red, contribuir al fomento del consumo responsable y dar segundas oportunidades a la ropa en buen estado.
Durante la visita al proyecto, Ángeles va arriba y abajo colocando la ropa, recomendando prendas a quien pregunta y ayudando en todo lo que puede. “Yo era voluntaria en un punto de distribución de alimentos, pero me propusieron venir aquí y dije que sí”, explica. Considera que proyectos como éstos son muy importantes. “La idea del proyecto es intercambiar ropa en buen estado que ya no utilizamos por prendas que nos gusten. Así ayudamos a las familias a ahorrarse un dinero, y me siento útil sabiendo que hago un servicio a los demás”.
En el caso de Mari, hace pocos meses que es voluntaria, pero cuando se jubiló decidió implicarse en una causa solidaria. “Tengo el centro cerca de casa, y esto ha sido decisivo a la hora de apuntarme. No sólo participo en este espacio, sino que también colaboro en talleres de manualidades, biodanza o cocina”, dice. Mari cree que en el barrio hay muchas situaciones difíciles, y que la sociedad debería ser más solidaria. “Hasta que no te implicas en proyectos sociales, no ves las necesidades reales que hay”.