La sexta charla del Ciclo de reflexiones en torno a la experiencia del voluntariado bajo el título “Acercarnos al otro desde las propias heridas. La relación de ayuda”, se hizo de la mano de Carme Villalba, trabajadora social de Cáritas, ahora jubilada, con experiencia en el ámbito del voluntariado y en el acompañamiento de personas.
“Caminando de puntillas sobre tierra sagrada desde la propia vulnerabilidad”, Villalba comenzó su reflexión haciendo referencia a la anterior charla del ciclo impartida por Eduard Sala, responsable de Acción Social de Cáritas. En las primeras demandas de los usuarios se esconden miedos, sentimientos, frustraciones, etc., de la misma manera que nosotros, y desde aquí podemos ayudarles. Debemos detenernos a pensar en todo lo que llevamos en nuestras mochilas invisibles y desde esta vulnerabilidad podemos conectar con la vulnerabilidad del otro.
Carme Villalba explicó que a veces los usuarios deben contar su historia, casi siempre dolorosa, a muchos profesionales, personas desconocidas para ellos. Por esta razón, todas aquellas personas deberían desarrollar su labor a la perfección, con el objetivo de que cada vez que el usuario cuente su situación de vulnerabilidad, éste se sienta cada vez mejor.
Por esta razón, según Villalba, deberíamos conocer las características del colectivo que acogemos para saber cómo nos podremos acercar. También debemos saber que “antes de atender debemos entender”, ya que si entendemos a las personas, cada una con su historia, las podremos atender bien según sus propias necesidades.
Por esta razón, según Villalba, la escucha activa es primordial. Los cinco sentidos deben estar puestos en la otra persona. Tenemos que intentar superar los obstáculos que normalmente nos encontramos cuando escuchamos los testimonios de los otros, como intentar no sentir ansiedad, no caer en la superficialidad e ir más allá en cada caso, y tampoco caer en la generalización ya que lo que sirve para uno, no sirve para otro. Tenemos tendencia a juzgar y debemos entender que cada experiencia vital es diferente. También es importante no ser impacientes y aceptar el ritmo de cada persona. Y por último, tenemos que trabajar para no ser pasivos, es decir, no sólo decir que tienen que hacer si no que escuchar cada historia individual y encontrar conjuntamente la mejor manera de salir adelante. Sólo somos acompañantes de camino de personas que viven un momento de vulnerabilidad.
Nosotros podemos ofrecer cuatro bienes fundamentales: bienes materiales, información, tiempo y “caricias positivas”. Siguiendo la pirámide de Maslow, “todos tenemos las mismas necesidades; necesidades básicas, seguridad, orden en la vida, ser reconocidos y queridos, y sentimiento de trascendencia”, dice Villalba. Es muy importante no ver a los usuarios como objetos de atención de ayuda, no debemos pensar que con alimento será suficiente, ya que estas personas también tienen ilusiones y sueños rotos, y eso nos tiene que ayudar a cambiar nuestra mirada.
Seguidamente, Villalba citó las tres aptitudes primordiales que debemos tener según el psicólogo-humanista Carl Rogers. En primer lugar, encontramos la autenticidad, debemos ser coherentes con lo que pensamos, decimos y hacemos. Tenemos que conocernos a nosotros mismos y a partir de ahí ayudar al otro. En segundo lugar, la aceptación incondicional del otro, la persona es como es con sus ilusiones y sus sombras. “Esto no significa dar la razón en todo”, aclara Carme. Y por último, empatía, la capacidad de ponernos en los zapatos del otro.
Para finalizar la sesión, Villalba habló sobre Quirón, personaje de la mitología griega para hacer una metáfora sobre la relación de ayuda y destacó: “Donde hay dolor siempre debería haber que consuele, y puede consolar aquel que ha experimentado el consuelo”.
