Sin hogar y vivienda / 03/11/2022

“Si pagaba el piso no comía, y si comía no podía pagar el piso”

Publicado por: Jordi Julià Sala-Bellsolell

Najat es originaria de Marruecos y llegó a Barcelona en 1999 con dos hijos y su marido. Los padres y hermanos de Najat ya vivían aquí antes de que ella llegase, y eso le facilitó la acogida en la ciudad. Desgraciadamente, la llegada no fue sencilla para Najat, ya que la relación con su marido no era buena y la tensión era constante.

Esa tensión derivó en divorcio, y en 2016 rompió con su marido, quedándose sin ningún apoyo y con cuatro hijos a su cargo. “Después del divorcio, estaba sola, con todas las cargas familiares y con un trabajo que no me permitía cubrir los gastos corrientes.” En ese momento, Najat trabajaba en trabajos relacionados con la limpieza, pero solo cobraba unos 600 € mensuales. “Pagaba 500 € de alquiler del piso donde vivía, y con cuatro hijos era imposible llegar a final de mes”, detalla

La precaria situación se alargó hasta 2018, cuando el propietario del piso le dijo que si no podía pagar tendría que irse del piso. “Si pagaba el piso no comía, y si comía no podía pagar el piso, era una situación insostenible.” Finalmente, la desahuciaron, y Najat se vio obligada a vivir en casa de sus padres. “Las primeras semanas de confinamiento las pasamos durmiendo en un colchón en el pasillo del piso de mis padres”.

Durante ese periodo, sin trabajo, Najat hizo varios cursos de formación. “Era muy complicado coordinar la logística de todo. Los días que no podía pasar a recoger a los niños por el colegio, les pedía que se quedasen más rato. Para una madre eso es muy duro, porque los hijos no tienen que sufrir tus problemas”, explica. En ese momento solo recibía apoyo alimentario por parte del Ayuntamiento de Badalona, hasta que en 2021 le llamaron para informarle de que tendría la posibilidad de acceder a un piso de alquiler social del nuevo proyecto Vesta.

Vesta es un proyecto pionero para ofrecer acompañamiento a mujeres con niños a su cargo y en situación de sinhogarismo en el Besòs. Se trata de una iniciativa conjunta de los ayuntamientos de Badalona, Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià de Besòs y Montcada i Reixac, de las entidades del tercer sector Cáritas Diocesana de Barcelona, Fundació Formació i Treball, Fundació Mambré y Sant Joan de Déu-Servicios Sociales y también del Consorcio del Besòs. Cuenta con el apoyo del Área Metropolitana de Barcelona y del Ayuntamiento de Barcelona.

A Najat, tener este piso le ha cambiado el planteamiento de vida. “Ahora trabajo limpiando una residencia de personas mayores. Mis hijos están más tranquilos, y el más pequeño incluso está sacando mejores notas”, explica contenta. “Yo he sufrido mucho durante este tiempo, pero mis hijos todavía han sufrido más”.

La idea es que Najat pueda vivir en este piso durante tres años, y que en ese proceso pueda estabilizar su situación laboral y económica. “Mi hijo Adam me dice que ahora tiene más tranquilidad y privacidad. No es lo mismo estar en tu casa que vivir en casa de los demás. Ahora tenemos la tranquilidad necesaria para planificar nuestra vida”.

Preguntada por la acción de la Administración, Najat cree que los gobiernos deben garantizar el trabajo. “Te dan alimentos, pero eso no resuelve nada. Yo quiero afirmar que soy persona, y que no necesito la ayuda de nadie para llevar mi vida”, dice. Preguntada por proyectos como Vesta, Najat dice que son muy necesarios, y que no solo se garantiza un hogar, sino que también hay servicios como el acompañamiento psicológico. “Antes no sabía si llorar o reír, era como una piedra. Ahora soy otra persona, y me veo capaz de salir adelante durante muchos años más”, afirma convencida.

El sinhogarismo femenino es una problemática invisibilizada, que lleva a las mujeres a buscar estrategias diferenciadas a las de los hombres para evitar vivir en la calle. Como en el caso de Najat, las mujeres priorizan ser acogidas por familiares y amigos, vivir en alojamientos temporales (pensiones, casas de acogida, dispositivos de emergencia), ocupar viviendas vacías o vivir en habitaciones subarrendadas. Todas ellas son formas de vivienda insegura, tanto desde una perspectiva temporal como jurídica y emocional, y las conducen a circunstancias que hacen inviable el dibujo de un proyecto vital a medio o largo plazo.

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Politólogo especializado en Comunicación Política y Social. Trabajando para sensibilizar y denunciar desde el Área de Comunicación y Relaciones Institucionales de Cáritas Diocesana de Barcelona. Dando voz a las personas vulnerables podremos construir una sociedad más justa.

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