El pasado lunes 4 de abril se llevó a cabo la mesa redonda que llevaba por nombre “La criminalización de la pobreza en el espacio público”. Celebrada en el Salón Sant Jordi de la Universidad de Barcelona en motivo de habitat III, la mesa redonda organizada por Cáritas Española y Cáritas Internacional contó con la participación de la señora Sonia Olesa, del equipo de incidencia de Cáritas Española y de la señora Teresa Bermúdez, responsable del Programa sin hogar y vivienda de Cáritas Barcelona, entre otras personas.
La primera en exponer su visión sobre la pobreza en el espacio público fue Teresa Bermúdez, que apuntó como la esperanza de vida en Barcelona todavía depende del barrio en el que vives. En relación a esto, Bermudez afirmó que serían necesarias políticas redistributivas activas por parte de la administración pública para que factores como la situación geográfica no afectaran de manera severa a la esperanza de vida. Por otro lado, Bermúdez destacó que en el 41% de los hogares con menores se dedican más del 30% de sus ingresos a pagar la vivienda, lo que supone una carga inalcanzable para muchas familias en el momento de afrontar los gastos diarios. Hay que incidir en esta materia, por lo que Bermúdez dijo que las políticas en favor de la infancia y la conciliación laboral deberían ser prioritarias por parte de la administración.
Finalmente, Bermudez dijo que en Barcelona viven más de 3.000 personas sin hogar y que este número ha aumentado durante estos años de crisis. El perfil de las personas ha variado exponencialmente en estos últimos años, haciendo que los sin techo sean más jóvenes y con estudios secundarios en la mayoría de casos.
La segunda persona que expuso sus reflexiones en materia de espacio público fue Sonia Olesa. Olea comenzó diciendo que los derechos humanos no se estudian en las facultades de derecho, y esta debería ser una materia fundamental. Por otra parte, Olea denunció que en todas las ordenanzas municipales relacionadas con la seguridad y la convivencia se criminaliza la pobreza. En materia legislativa, Olesa se mostró muy contraria a la reciente ley mordaza, afirmando que no es necesaria, que priva a los principios fundamentales y que criminaliza la pobreza de manera flagrante. Entre otras cosas, Olesa remarcó que la ley castiga con 30.000 € a aquellas personas que se ven obligadas a ejercer la prostitución en la calle, pero que no centra suficientes esfuerzos en combatir a las mafias que obtienen los beneficios de estas actividades ilícitas.
Tanto Olesa como Bermudez pusieron énfasis en que Cáritas defiende modelos de ciudad integradores que supongan un hábitat para todas las personas, una casa común.