Cada vez son más los espacios grupales para personas mayores promovidos por Cáritas Diocesana de Barcelona
El 70% de las pensiones que reciben las mujeres son inferiores a los 700 €. Es el caso de Carmen, que cuenta con una pensión mensual de viudedad de 619 €. “Tengo que tirar de ella tanto como puedo, pero se acaba muy pronto. Hay que pagar luz, agua, gas, y en ocasiones tengo que pedir dinero a mi sobrina”, dice Carmen. Su pequeña pensión de viudedad es consecuencia de una vida laboral ejercida en la economía sumergida. Los primeros años trabajó en una fábrica textil, y más tarde lo hizo en una residencia de Alella donde sólo cotizó seis meses. Hace treinta años que enviudó, y ha ido encadenando trabajos relacionados con el cuidado de personas mayores.
Carmen vive con su hija y dos nietos en el barrio de Bufalà de Badalona. No lo tienen fácil, porque a la hija le acaban de operar la mano y temen que no pueda volver a trabajar y, de los dos nietos, uno tiene que ir a trabajar constantemente al extranjero y el otro tiene que pasar una manutención a sus hijos, ya que está separado.
Som-hi, un lugar para acompañarse y escucharse
Hace unos años Carmen vio como algunas mujeres se reunían en unos locales junto a su casa. “Unas conocidas participaban y me invitaron a ir”, explica. Se refiere a Som-hi, un grupo de mujeres mayores que se acompañan mutuamente y al que hace cinco años se sumó Carmen. “Tenemos una unión entre todas muy buena, y salir estas dos horas a encontrarme con el grupo me va muy bien. Me siento como en casa”, afirma.
La responsable del centro, Montserrat Illa, recuerda que hace veintidós dos años que lo empezaron con el propósito de ofrecer un espacio de hermandad para las mujeres mayores que se sentían muy solas y se veían obligadas a pasar las horas viendo la televisión o estar con el perro. Som-hi surgió de la parroquia de Sant Francesc d’Asís, y en estos momentos reúne una veintena de mujeres, la gran mayoría viudas, dos veces por semana.
El funcionamiento del centro es muy sencillo y, al mismo tiempo, eficaz. Las vemos haciendo talleres y diferentes actividades manuales. “Son mujeres acostumbradas a realizar tareas, a trabajar, y esto les ayuda a estar distraídas y activas durante las tardes”, dice Illa. De hecho, ahora están muy ocupadas terminando piezas que exhibirán y venderán, y con el dinero recogido contribuirán a pagarse unas colonias de verano en Arbúcies. “Los días de colonias caminamos por el campo, hacemos manualidades, juegos… Aquellos días nos volvemos un poco niñas”, rememora Carmen.
Tramats de Vida: posibilitar lazos de amistad
Som-hi es uno de los diecisiete espacios abiertos de encuentro para la gente mayor. Estos espacios son los Tramats de Vida, promovidos por Cáritas Diocesana de Barcelona y de los que forma parte el de la parroquia de Sant Francesc d’Asís de Badalona.
“Son espacios de encuentro para personas mayores que a menudo están muy solas y salen muy poco de casa. La idea es motivarlas, acompañarlas y escucharlas”, explica la responsable de Som-hi, Montserrat Illa.
El espacio de encuentro suele ser el local parroquial y cada centro cuenta con un voluntario que hace la función de animación y dinamización. En estos espacios, Cáritas facilita la realización de algún taller de memoria o de taichí, entre otros. Por ejemplo, uno de estos grupos ha elaborado ocho consejos destinados a los jóvenes para vivir la vida con felicidad. El Grup de l’Amistat, de la parroquia de Sant Antoni de Pàdua de Badalona, anota alguna recomendación como la que sigue: «Tienes que formarte muy bien: estudios, cursillos… Así estarás en mejores condiciones para aspirar a un trabajo. Pero mucho más importante es que seas una muy buena persona, respetuosa, cumplidora, responsable, humilde, sencilla, que sepas escuchar, sobre todo a los que te quieren. Lo consideramos fundamental.» Otro bien sensato: «No olvides nunca tus raíces, te han ayudado a ser lo que hoy eres. Siéntete apoyado/a y aconsejado/a por tus padres, familiares y personas que te quieren. Ten confianza, entrégate a ellos: nunca te defraudarán porque te adoran.»