Entrevista con Alba Tobella, cofundadora y directora de Verificat

Alba Tobella (Eivissa, 1986) es la responsable de contenidos y de la actividad de fact-checking de Verificat, una asociación sin ánimo de lucro y el único fact check (verificador de información y datos) en Catalunya. En un momento en el que la desinformación y las noticias falsas están a la orden del día, intentan ser un mecanismo de defensa contra las mentiras y el mal periodismo, manteniendo la integridad y la credibilidad de la información que llega a la ciudadanía.
¿Cuál es el principal peligro de la desinformación?
Es la pérdida del espacio común de diálogo entre distintos actores de la sociedad, que es la base de la democracia. La desinformación y las mentiras intencionadas rompen cualquier posibilidad de diálogo. Como por ejemplo los discursos de odio, que aprovechan la desinformación para criminalizar a ciertos colectivos.
¿Pero la ciudadanía tenemos tiempo para informarnos bien y con espíritu crítico?
No es tanto un problema de tiempo. Pasamos muchas horas delante de pantallas, tiempo, sí tenemos. El problema es que consumimos mucha información, opinión, entretenimiento, desinformación, todo mezclado. Y es esa saturación el verdadero peligro, porque cuesta distinguir la información de calidad. La ciudadanía necesita una mayor alfabetización mediática para poder tener espíritu crítico.
¿Ves la IA como un aliado o como un peligro ante la desinformación?
Sí es cierto que la IA se puede utilizar para generar desinformación o fake news de mucha calidad, pero al final se acaba desenmascarando. Lo que sí es peligroso es la conversación personalizada con una IA, como puede ser un Chat GPT, y sin nadie que verifique si la información que te da la IA es cierta o errónea, porque la IA también se equivoca.

¿Por qué crees que las desinformaciones, como los discursos de odio, se comparten y llegan tanto?
Compartimos más las informaciones con carga emotiva, y los discursos de odio están llenos de emociones, de rabia, de miedo, de indignación, lo que provoca que se active nuestro mecanismo interno y primitivo de compartirlo.
Pero ¿cómo se combaten discursos emocionales si la respuesta es racional? ¿No deberían jugarse las mismas cartas para ser más efectivos en la respuesta?
Totalmente, esto es lo que buscamos desde hace tiempo… Del discurso de odio nosotros podemos combatir la desinformación, la parte incorrecta, pero ciertamente necesitamos otras formas para combatir los discursos de odio de forma global. Nosotros lo hacemos a partir de cursos, talleres, espacios de debate, con ilustraciones, algo de humor, lo compartimos en redes, tenemos alianzas con medios de comunicación, etc.
¿Por qué crees que con emergencias como la de la DANA en Valencia hubo tantas mentiras fabricadas contra instituciones y entidades sociales?
En la DANA, la diana de las desinformaciones fueron las instituciones en general, el Estado y las estructuras públicas, así como las entidades sociales más consolidadas porque representan el statu quo, la confianza, el sistema de forma general. Y la idea detrás de esos ataques era muy clara, deslegitimar la democracia y la confianza en sus instituciones. Se intentaba atacar el sistema y el estado del bienestar. Es el concepto de “solo el pueblo salva al pueblo” para reforzar la idea de que se necesita una revuelta popular contra las instituciones que consideran corruptas, y a menudo se apelaba al ejército para realizar el papel de “salvador”…
Y cuando se ataca a las entidades sociales también hay de trasfondo un discurso xenófobo que explica que solo atienden y ayudan a gente que viene de otros países, y no a los nacidos aquí.

¿Crees que las entidades sociales durante la DANA reaccionaron bien a los ataques recibidos?
En mi opinión, algunas entidades respondieron poco y faltó más información y transparencia, y también ser más activos en las respuestas. Aunque creas que ante mentiras y ciertos discursos que puedes considerar absurdos no debes justificarte, sí debes hacerlo porque si no, estos discursos calan y acaban impactando. Hay que ser más proactivo y no tan reactivo frente a la desinformación.

