Entrevistamos a Eduard Sala, Responsable de Acción Social de Cáritas Diocesana de Barcelona que nos cuenta el nuevo Modelo de Acción Social que queremos implementar para ayudar más y mejor a las personas que llaman a nuestra puerta
- ¿Qué es el Modelo de Acción Social (MAS) de Cáritas Diocesana de Barcelona?
El Modelo de Acción Social (MAS) es un norte, es explicar quiénes somos y de dónde partimos, y responder hacia dónde vamos y para qué vamos. Es afirmar que somos Iglesia y que tenemos una mirada determinada del mundo, de la sociedad. Esta Iglesia sólo se constituye como comunidad cristiana en la medida en que hace una opción claramente preferencial hacia los más débiles.
- Al inicio del MAS se incide en los efectos de la crisis económica y de las consecuencias que ha tenido en la atención social. ¿La crisis ha sido un factor decisivo para replantear el MAS?
Claramente. El último Modelo de Acción Social de 2010 se finalizó en un contexto de bonanza económica y, por tanto, no respondía del todo a los retos que hemos tenido que afrontar con la crisis. Desde el año 2008 han cambiado los escenarios en relación al mercado laboral y una parte de la población ha quedado estructuralmente excluida o en situación de precariedad. Observamos que estos cambios han venido para quedarse ya que, a pesar de estar en un momento de recuperación económica, la crisis social sigue muy presente. Lo que ha cambiado totalmente es la presencia de Cáritas en nuestra sociedad y en el mundo. En la situación de emergencia de los últimos años, Cáritas hizo una apuesta para atender mejor la cobertura de las necesidades más básicas, pero esta apuesta ha hecho invisible la labor de promoción, inserción y acompañamiento de las personas y de las comunidades. El contexto económico y social nos ha afectado en lo relacionado con la concepción de Cáritas Diocesana de Barcelona en las comunidades cristianas. Ahora es momento de valorar qué hemos olvidado durante estos últimos años de emergencia o bien que debemos impulsar, renovar o añadir.
- El Centre d’Estudis d’Opinió indicaba en 2013 que un 15,1% de la población era católica practicante (un 3.6% menos que en 2007). ¿Cómo se explica un modelo que quiere tener más presencia en las parroquias a pesar que hay un decrecimiento sostenido de personas que asisten?
Las comunidades parroquiales, aunque estén formadas por personas mayores, son las que han impulsado buena parte de los proyectos y acciones de Cáritas. Son personas fieles, constantes y comprometidas, y llevan a cabo un servicio extraordinario. Es cierto que en nuestra diócesis tenemos comunidades mayoritariamente envejecidas, pero la gente está allí, y podemos contar con ella. Después de todo, la acción de la iglesia la empezaron sólo doce apóstoles, y aquí de lo que se trata es de responder qué entendemos por comunidad cristiana. Como dice el Papa Francisco, debemos ser “personas cántaro”: tenemos que salir fuera y crear comunidades vivas en los barrios, espacios de encuentro y escucha donde todo el mundo esté invitado. Tenemos los espacios, tenemos la comunidad y más de 2.400 voluntarios: todos somos Cáritas.
- En el texto se afirma que hay que reforzar la acción parroquial de la escucha y la acogida, tendiendo hacia un modelo de apoderamiento de la persona. ¿Qué acciones hay que llevar a cabo para hacerlo posible?
Primero hay que detenernos un momento para volver a conectar con lo más esencial. Este es el primer paso para saber qué estamos haciendo y qué sucede en nuestro entorno. Con estos elementos podremos valorar cuál es el impacto de nuestra acción social y cómo transforma la vida de la gente. ¿Hay algo más que podamos hacer para empoderar a las personas? Por ejemplo, los alimentos han sido fundamentales para acompañar a mucha gente en momentos de precariedad, pero ¿es el modelo que queremos que haya siempre? ¿O queremos que la gente vaya a comprar de forma autónoma lo que realmente quiera? Esto es importante. Si alguien se está ahogando, necesita que lo saquen del agua, pero una vez hecho esto, lo que necesita la persona es aprender a nadar y tomar las riendas de su vida. Por eso son tan importantes los espacios de escucha, para conseguir que la comunidad esté formada tanto por las personas acompañadas como por las personas que acompañan. Ser cristiano no significa sólo trabajar para la comunidad cristiana, sino que quiere decir hacer comunidad humana, ser constructores de comunidad. Tenemos gente implicada en hacerlo mejor y con posibilidades de aprender. Cáritas significa estar al servicio de las personas, y quien está más cerca de la gente son las parroquias y los arciprestazgos. Todos necesitamos gente que nos escuche, no necesitamos gente que nos dé lecciones. Cuando uno tiene un problema de verdad, lo último que necesita es que le recuerden el listado de todo lo que hace mal. En cambio, si alguien te pregunta cómo estás, te reconoce y te da las gracias, significa ser alguien para alguien, y eso es lo que debemos devenir como Cáritas. Acogemos, acompañamos.
- En el último apartado del MAS se pone énfasis en rejuvenecer al voluntariado con nuevas incorporaciones. ¿Cuál crees que es el elemento clave para aproximarnos a la juventud?
Los jóvenes deben ser protagonistas de nuevos proyectos y darles autonomía para innovar, como hacen los responsables y monitores/as de los centros de esplai o de los grupos scouts en muchas parroquias de la diócesis. No podemos esperar rejuvenecer al voluntariado con dinámicas muy consolidadas, sino que tenemos que confiar en la juventud para generar nuevos espacios. Esta es la clave para empoderarlos y hacer que ayuden a sacar adelante la tarea de Cáritas. Son ellos los que tienen que decirnos qué apoyo necesitan de nosotros y qué quieren hacer, este es el cambio.
- El Papa Francisco ha pedido en numerosas ocasiones a las parroquias que “abran las puertas y dejen que Jesús pueda salir”. ¿El nuevo Modelo de Acción Social (MAS) en consonancia con este planteamiento?
Evidentemente. Hay muchas parroquias que están actuando en este sentido. Estamos llamados a salir fuera, a construir puentes, crear nuevos espacios de encuentro no necesariamente dentro de las parroquias, sino también fuera de ellas. El Evangelii Gaudium del Papa Francisco habla claramente de lo que significa evangelización en la ciudad, y esto se materializa en estar presentes en las personas desde las personas y en su vida cotidiana.