Algunos participantes del Congreso de la Mesa del Tercer Sector visitaron el viernes 17 de junio el centro de Cáritas en la Barceloneta y pudieron ver cómo se ayuda a aquellos que el trabajo se les ha ido de las manos, a aquellos que el paro se les ha hecho crónico.
La visita a la sala, en constante movimiento, donde se atiende a los que hace tres o cuatro años que no encuentran trabajo fue una entrada al mundo de los descartados. Con silencio y mucho respeto los diferentes representantes de las entidades pudieron ver lo que era en la práctica el proyecto Trabajo con corazón de Cáritas.
Una de las cosas esenciales del proyecto es escuchar las historias de los que se han cansado de buscar sin encontrar, ayudarles a elaborar un itinerario laboral y acompañarlos en el mismo.
Lo que suscita más interés en los participantes es oír hablar de políticas de empleo: personalizar la búsqueda, el acompañamiento profesional, y el trato personal. Y como ejemplo: el de la persona que el primer problema que tiene es no poder pagar la pensión. Por tanto, se debe tener en cuenta la realidad del parado. Trabajo con Corazón no es una agencia de colocación sino un proyecto que enseña a pescar, que forma en la autonomía de las personas en paro para que puedan nadar en mar abierto, como bien explica el informe presentado hace unos días con este título.
El equipo del programa tiene en cuenta dos parámetros: dar confianza y dar herramientas para afrontar una entrevista. De la primera semana en que se trata de conocer la situación real de la persona parada, pasando al acceso a talleres sobre técnicas de búsqueda de trabajo y cómo hacer las entrevistas a la fase de intensificar esfuerzos, pueden pasar seis meses.
Por parte de los asistentes se preguntó sobre la metodología, y el equipo de Cáritas insistió en la importancia del trabajo de acogida por parte de los profesionales del proyecto, formado y adecuado a cada caso.
Y cada caso es diferente, se trata de adecuarse pero también de exigir a la persona que haga los esfuerzos para ponerse al día. La selección de las personas es individualizada. Sobre si vienen por su propio pie o derivados, el equipo, insiste: “Es voluntario, vienen por su propio pie, no hay prestaciones, sólo hay trabajadores sociales para empezar un itinerario”. Como se observa, la persona es lo más importante del programa.
