La Escuela de Formación del Voluntariado de Cáritas inicia un nuevo curso
La Aula Magna del Seminario Conciliar de Barcelona acogió a 170 personas, entre voluntarios y trabajadores de Cáritas Diocesana de Barcelona, en la Sesión inaugural del 5º Ciclo de reflexiones en torno al voluntariado.
La bienvenida y presentación fueron a cargo de Jaume Casassas, responsable de la Escuela de Formación del Voluntariado de Cáritas Diocesana de Barcelona, quien destacó la importancia de la formación porque “siempre podemos aprender, y podemos aprender unos de otros”. Fundamentó la relevancia que tiene la formación para desarrollar con humanidad y calidad del encuentro con el otro, leyendo el punto 208 de la encíclica del Papa Francisco “Laudato si”: “Siempre es posible volver a desarrollar la capacidad de salir de sí mismo hacia el otro. Sin esta capacidad, no se reconoce las otras criaturas en su propio valor, no interesa cuidar de algo para los demás, no hay voluntad de ponerse límites para evitar el sufrimiento o el deterioro de lo que nos rodea. La actitud básica de autotranscendir a, rompiendo la conciencia aislada y la autorreferencialidad, es la raíz que hace posible toda cuidado de los demás”.
Tras esta reflexión, pasó a explicar las tres propuestas formativas que ofrece la Escuela de Formación del Voluntariado: la formación inicial, que corresponde al curso de iniciación al voluntariado, de 12 horas de duración, y del que se hace un mes. La formación permanente, que se hace un miércoles al mes, y donde se tratan temas generales y globales que sirven para todos, voluntarios y trabajadores, puedan reflexionar sobre su tarea. Y la tercera propuesta formativa más específica, y que este curso consiste en un módulo básico de Migraciónn y refugio, de 12 horas de duración, que se hace conjuntamente entre el departamento de Migraciónn de Cáritas y el de Voluntariado.
Concluyó su presentación haciendo una mención especial a las personas que son el centro de la acción del voluntariado: “las personas que acompañamos, porque es por ellas que estamos aquí, es por ellas que hacemos voluntariado, y es por ellas que nos formamos para hacer mejor nuestra tarea”.
A continuación, Mercè Roca, voluntaria de la Parroquia Santa María de Premià de Mar, ofreció su testimonio desde la mirada de una voluntaria que valora la necesidad de formarse. En su intervención destacó que siempre que podía participaba en todas las acciones formativas que se le ofrecían, y en explicó el porqué: “Para mí la formación es un elemento que acompaña al voluntario en su tarea y es muy necesaria, ya que no basta con la intuición o con la buena voluntad. Además, la formación hace abrir la mente y nos ayuda a ponernos en la piel de las personas a las que ayudamos “.
Eduard Sala, responsable de acción social de Cáritas Diocesana de Barcelona, planteó su charla, que llevaba por título “Cuando ser sal, levadura y luz nos transforma la vida. Desde el voluntariado en Cáritas y en una Iglesia en salida “, como un espacio donde lanzar preguntas a los participantes para que cada uno se las llevara a casa para reflexionar -solo o en comunidad- y así encontrar sus respuestas. En este sentido, usó la sal -representada en un saler-, la levadura -representado en un bocadillo-, la luz -representada en una espelma-, el diamante y la esponja como metáforas para interpelar a los assistentes sobre su manera de ser y de estar en el mundo como voluntarios y como cristianos.
“¿Para quienes somos luz?, ¿Qué aporto yo y que aportamos como Cáritas parroquial y diocesana?; ¿Quién de nosotros sale del salero para salar el mundo?; ¿Qué tengo que cambiar de mí para reflejar la luz de Dios?; Que debemos potenciar en nuestras Cáritas y comunidades para ser levadura que fermenta?; ¿De qué agua nos queremos empapar como Iglesia que camina con los más débiles y qué fuente busco? Estas fueron algunas de las preguntas que Eduard Sala compartió para que cada uno pudiera pensar y escribir su propio guión vital. Para finalizar su intervención sopló una vela encendida, que había dejado sobre la mesa para representar la luz, y deseó que su luz llegara al corazón de todas las personas que llenaban el auditorio.
Salvador Busquets, director de Cáritas Diocesana de Barcelona, cerró el acto agradeciendo la presencia de todos los asistentes y recordando la necesidad de la formación: “Todos necesitamos formación y la tenemos que contemplar dentro de nuestra tarea. Formación para reflexionar y pensar. Formación que debería ser, al mismo tiempo, acción individual y comunitaria”. El punto y final del acto se hizo alrededor de un refrigerio, organizado por el departamento de Voluntariado, que quiso despedir con un sabor dulce el primer encuentro del curso 2015-2016.