El estudio «La transmisión intergeneracional de la pobreza” constata que los hogares con menores tienen mayor riesgo de pobreza y exclusión social.
Factores como el nivel de estudios, la situación laboral, el empleo y la renta son los principales responsables de que en nuestro país la pobreza se tranmita de padres a hijos. Esta es una de las constataciones recogidas en un estudio de la Fundación FOESSA, impulsada por Cáritas, que lleva por título «La transmisión intergeneracional de la pobreza: factores, procesos y propuestas para la intervención».
Teniendo en cuenta la investigación de FOESSA, tenemos una estructura social que permite que la pobreza se pueda transmitir y que, de hecho, se transmite de generación en generación. En el estudio se identifican varios factores de carácter estructural que intervienen y actúan en esta transmisión de la pobreza, como son el nivel de estudios, la situación laboral, el empleo y la renta.
En materia educativa, por ejemplo, el estudio indica que 8 de cada 10 personas con padres que no terminaron los estudios de primaria no han conseguido completar sus estudios secundarios.
Asimismo, los problemas económicos suponen un freno a la adquisición de niveles educativos más altos: 4 de cada 10 adultos (41%) que vivió la adolescencia con problemas económicos muy frecuentes, no consiguió alcanzar la educación secundaria. Esta situación sólo afecta al 8% de los que nunca tuvieron dificultades económicas. De esta manera, la tendencia a heredar la situación económica se hace más intensa en los momentos de mayor inestabilidad económica.
Finalmente, para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos, se proponen algunas medidas como fomentar la educación de los niños, aportar apoyo psicológico y social a las familias, garantizar un sistema de salud pública universal, promover la inversión en políticas sociales, desarrollar una política de vivienda contra la reproducción de las situaciones de vulnerabilidad y dar un apoyo directo a las familias en su tarea parental, entre otros.