Acogida y acompañamiento / 21/03/2023

Inmersión en África subsahariana: una aproximación a la realidad de los jóvenes migrados no acompañados

Publicado por: David Vázquez

El pasado mas de enero tuve la oportunidad de formar parte de una inmersión en África del Oeste para conocer, sobre el terreno, la realidad de los jóvenes migrantes que quieren llegar a Europa en busca de oportunidades. Este artículo pretende describir la experiencia de este viaje y la posibilidad de integrar los aprendizajes en la tarea del día a día que llevamos a cabo desde el Proyecto Jóvenes Migrados solos de Cáritas Barcelona.

Junto con educadores y trabajadores sociales de Francia, Italia, Mali y Senegal, pero también con compañeros de Cáritas Girona y Cáritas Sevilla, durante dos semanas nos adentramos en esta misión en diferentes ciudades del Senegal. El objetivo era dotarnos de una visión global de los contextos socioeconómicos en África Occidental para permitir una mejor comprensión de las realidades y problemas, tanto de los jóvenes como de sus familias. La ambición no era más que tener una idea de las razones de la migración, las condiciones sociales, económicas y políticas de los jóvenes, entre otros aspectos.

Senegal es un cruce hacia Europa y Dakar, la capital, es el epicentro. Durante su viaje migratorio, menores no acompañados de diferentes países de la subregión transitan allá antes de hacer camino hacia Europa. La FAP (Futuro Ave Presente) es la organización que nos acoge y organiza toda la estancia, gracias a los fondos Erasmus Plus de la Unión Europea. Su función es la promoción y protección de los derechos de los niños y niñas, que tengan autonomía al finalizar la escuela, así como acceso al trabajo, por ejemplo, formando a los jefes de taller para prevenir la explotación extrema, incluso el maltrato físico.

Cuando llegas allá son muchas las cosas que impactan. No hay que estar muy sensibilizado ni ser muy inteligente para darse cuenta de los motivos por los cuales quieren marchar del lugar donde viven, viendo la miseria que los rodea. Otra cosa que impacta, y de la que no era del todo consciente, es de la cantidad de jóvenes y niños que habitan la región. Las personas menores de 20 años suponen casi el 54% de la población, mientras que los mayores de 65 representan solo el 4%. De aquí podemos extraer un primer indicador que, personalmente, me interpeló y mucho, evidenciando allá mismo la carencia de oportunidades reales con la que convive un importantísimo segmento de la población que representa el futuro del país.

Otro de los aspectos que sucede como consecuencia del anterior es la mendicidad. Oficialmente, está prohibida en Senegal, pero es evidente en las calles de las ciudades. Es difícil hacerle frente por el fenomeno anomenado Talibé, es decir, los niños que piden en la calle vinculados a escuelas coràniques y que son la mayoría que vamos viendo durante la inmersión. Como las familias no pueden pagar la inscripción en la escuela ni el material, los envían en estas escuelas que son gratuitas y se financian a través de la limosna que los niños consiguen pidiendo. Con una parte de lo que obtienen, comen. Algunos duermen en estas escuelas, no todos. También hay muchos que se fugan por no tener que dar dinero que los líderes de las escuelas se lo reclaman. Muchos de estos niños, acaban siendo potenciales migrantes solos.

Un último aspecto que destacaría de la experiencia tiene que ver con los retornos voluntarios e involuntarios, que es algo que no vemos a Europa y que allá conocimos al visitar una delegación de la OIM (Oficina Internacional de las Migraciones). La mayoría de devueltos provienen del Magreb al no conseguir llegar a Europa. Los emigrantes devueltos son una buena propaganda para prevenir la inmigración ilegal. Cuando visitábamos Kolda, en el sur del país (región del Casamance), todo el mundo conocía algún migrante que habían devuelto.

A las postrimerías del viaje, hicimos una última inmersión en Cáritas Dakar, fundada el 2018 y dividida en siete diocesanas. De nuevo, la importancia del trabajo social en la prevención de la migración de jóvenes hacia Europa y muchos interrogantes alrededor cuando las conversaciones con las personas que en allá esperaban ser atendidas, la mayoría jóvenes. Nos interpelaban con afirmaciones convencidas, como por ejemplo: “Si no es posible prosperar aquí, por qué no lo puedo intentar fuera? Con mi formación, podría ganar mucho más a Europa” o “si tuviera una oportunidad aquí, no pensaría al viajar”.

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David Vázquez, responsable del proyecto Jóvenes Migrantes de Cáritas Diocesana de Barcelona

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