Casi 2.000 voluntarios de toda Cataluña se reunieron en Tarragona para disfrutar de una jornada de formación, oración y reflexión en la que también hubo momentos de diversión y hermandad
Cinco autocares salieron desde diferentes puntos de Barcelona para trasladar a los casi 300 voluntarios de Cáritas Diocesana de Barcelona hacia Tarragona, con el objetivo de participar en el encuentro anual de voluntariado de Cáritas Cataluña, que llevaba por título “Transformar la sociedad desde la misericordia”. Aunque de buena mañana llovía a cántaros, al llegar a su destino el cielo amainó. El Campo de Marte fue el escenario en el que se reunieron los 1.800 voluntarios de las diez diócesis con sede en Cataluña. La jornada comenzó con una bienvenida institucional y una sesión de reflexión en torno a la figura del voluntario pero, a media mañana, la formación dejó lugar al ocio y todos los asistentes pudieron disfrutar de un espectáculo de Payasos sin fronteras y un recorrido por los diferentes monumentos históricos de la ciudad.
Jesús, el ejemplo de los voluntarios
Mons. Omella, arzobispo de Barcelona y responsable episcopal de Cáritas Cataluña, fue uno de los obispos que asistió al encuentro. Omella se quedó sorprendido del numeroso grupo de voluntarios que había invadido Tarragona y les recordó que vayan siempre a la fuente de la Eucaristía, que es Cristo. En la misma línea, Carme Borbonés -presidenta de Cáritas Cataluña- enfatizó que “el mensaje de Jesús ha acompañado a generaciones de personas” y los voluntarios deben aprender y profundizar en este mensaje que se basa en los principios de solidaridad, igualdad y praxis cotidiana del amor. Por su parte, el arzobispo de Tarragona, Mons. Jaume Pujol, destacó cuál es realmente la labor de los voluntarios: “Transformar la sociedad en conflicto en una sociedad acogedora, el norte de la cual debe ser la humildad y la oración”.
¿Cuál es el último milagro que hemos visto?
Una vez dada la bienvenida institucional, fue el turno de las sesiones formativas. Imanol Zubero, profesor de Teología del País Vasco, subrayó que los voluntarios deben mirar con misericordia porque “esta forma de ver el mundo nos cambia y nos dispone a cambiar”, siempre teniendo presente la parábola del buen samaritano. Zubero insistió en que hicieran milagros cada día y que no vieran el mundo de manera negativa ya que “el Reino de Dios está entre nosotros”.
Mn. Miquel Barberá, teólogo y sociólogo, explicó la esencia de Cáritas que es “la mano larga de la comunidad cristiana con los pobres y marginados”. Puntualizó que los valores y las virtudes de todos los voluntarios deben ser coherentes con la manera de hacer y, por tanto, que “el voluntario debe hacer el trabajo bien hecho y de manera cumplidora, como un profesional, con la misma calidad”.
Misa de hermandad
Después de este rato de formación y reflexión, los casi 2.000 voluntarios pudieron disfrutar de un espectáculo de Payasos sin fronteras, que hizo reír a pequeños y mayores. Al finalizar, todos los asistentes se trasladaron al comedor para comer juntos. Las primeras horas de la tarde las aprovecharon para visitar los diferentes monumentos históricos de la ciudad: el anfiteatro, la Catedral, el circo, el Museo Bíblico… Finalmente, la jornada terminó con una eucaristía que presidió Mons. Jaume Pujol y que fue concelebrada por los demás obispos de las diócesis con sede en Cataluña. Los autocares, ya preparados, recogieron a todos los voluntarios y los llevaron, de nuevo, hacia los diferentes puntos de Barcelona.