La sesión de formación del Ciclo de Reflexiones del Voluntariado tenía la sesión de Navidad enfocada a la espiritualidad y la acción social, y para ello el jesuita, formador y acompañante espiritual Josep M. Rambla era la persona idónea para conducir la reflexión.
Un rato antes, también en el Seminario Conciliar, unas 70 personas se encontraban en la capilla para iniciar un espacio trimestral de oración conjunta, una nueva propuesta de la Escuela de Formación del Voluntariado para profundizar en la dimensión de fe de los voluntarios de Cáritas.
Al terminar el espacio de encuentro y reflexión, Rambla fue desgranando las sinergias entre la realidad que vivimos y la espiritualidad. Para Rambla, “la espiritualidad debe ir asociada a la realidad: es necesario que valores como la sobriedad y la humildad acompañen la acción de Cáritas, que es uno de los pilares de la Iglesia actualmente”.
El jesuita también habló de los cuatro tipos de pobreza: “La pobreza física/económica, la pobreza cultural, la pobreza relacional y la pobreza espiritual”. Para él, desde Cáritas “se debe hacer frente a todas las tipologías de pobreza”.