Vivir en un espacio digno es clave para la salud de las personas. Esta afirmación, que parece lógica, ha pasado por alto hasta ahora en una sociedad que no facilita el acceso a la vivienda y que tiene uno de los parques de alquiler social más bajos de la UE. Partiendo de estas premisas, Cáritas Diocesana de Barcelona y la Agencia de Salud Pública de la ciudad han elaborado el informe Cambios en la vivienda y salud en la población vulnerable. El estudio pone de manifiesto que las personas que viven situaciones de vulnerabilidad, si reciben ayuda para mejorar las condiciones de vida y de la vivienda experimentan una mejora significativa de la salud. Mercè Darnell, adjunta a la Acción Social de Cáritas Diocesana de Barcelona, lo constató en la presentación del estudio, la semana pasada: “El miedo a perder la vivienda genera problemas de ansiedad o se somatiza”. Y es que el hecho de vivir en un espacio en condiciones precarias o de saber que en breve acabarás perdiendo tu vivienda son factores que desestabilizan a la persona y que la exponen a la fragilidad, manifestada, en parte, en una decadencia de la salud.
Por su parte, la gerente de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, Carme Borrell, explicó en la presentación que “en Barcelona, el gobierno ha puesto sobre la mesa un plan de barrios para trabajar aspectos de desigualdad en salud”.
Cáritas y la Agencia de Salud Pública de Barcelona han conseguido pues colocar en la agenda pública esta cuestión, que Barcelona arrastra desde hace tiempo y que será determinante para que miles de familias puedan mejorar su calidad de vida. Y es que, tal y como venimos afirmando en Cáritas, una vivienda es mucho más que un hogar; es el espacio a partir del que las personas dan forma a sus sueños y construyen su futuro.
Leer aquí el informe.