Sonia Olea y Jaime Palomera debaten, en una nueva sesión del Dilluns dels Drets Humans, sobre la problemática de la vivienda
Aunque la vivienda es un derecho humano y se hable de él como tal, es en realidad el bien económico que más dinero da al mundo por encima del oro y el petróleo, según la relatora de Naciones Unidas. Deviene así, por tanto, un bien de consumo y de inversión.
Sonia Olea, miembro del equipo de incidencia de Cáritas Española, y Jaime Palomera, portavoz del Sindicat de Llogaters, debatieron sobre esta reflexión en la última sesión del Dilluns dels Drets Humans, moderados por el periodista Roger Palà.
De hecho, los datos objetivos sobre vivienda ratifican que se ha convertido en una inversión que da mucho rendimiento: los elevados precios del alquiler, que la vivienda protegida sea sólo un 1,8%, que las personas dediquen más del 30% de los ingresos a la vivienda y que 900.000 personas en la diócesis de Barcelona sufran exclusión residencial. Además, destacaba Jaime Palomera, “se calcula que el 30% de las finanzas globales se dedican a especular con la vivienda de nuestros barrios y ciudades. Tenemos un problema de raíz, estructural”.
Ante estos datos, “luchar a favor de la vivienda con una mirada de Derechos Humanos es una lucha de David contra Goliat”, defendía Sonia Olea.
Con mirada de DDHH
Hay muchos vecinos a los que se les ha subido el alquiler un 100%: han pasado de pagar 700€ a 1.400€. Estas experiencias son habituales, según Jaime Palomera, quien recordaba que “los beneficios no pueden ir en detrimento de la vida de las personas“. Por este motivo, 1.000 personas en Barcelona se han plantado ante la subida de precios y han desobedecido la ley de arrendamiento urbano: “Ha sido una burbuja del alquiler políticamente cocinada donde modificaciones en los contratos sumados a beneficios fiscales han hecho trasladar la especulación de la venta al alquiler. Y así hemos llegado a tantos desahucios como en 2011, en plena crisis.”
Pero, incluso, vivir en la calle está penado. Con la Ley Mordaza, se castiga la pobreza en el espacio público con sanciones administrativas. Según Olea, “una ley que va en contra del derecho a la vivienda”.
Pero este no es un problema sólo en España. En otros países, comentaba Sonia Olea, pasa lo mismo: “Se da un doble desalojo. Te echan de tu casa y, al momento, la tiran abajo porque han vendido el terreno”.
Es así como “la vivienda se convierte en una ficha de casino“, denunciaba el portavoz del Sindicat de Llogaters. “Echar a una familia para especular con la vivienda debería estar prohibido. Una cosa es que la ley te diga que te pueden echar pero por encima están los derechos humanos”.
Ante todo esto, ¿qué se puede hacer?
Regular los precios de los alquileres es la medida que compartían Olea y Palomera. “Hay que regular el acceso a la vivienda no como una inversión sino como un derecho“, indicaba la profesional de Cáritas Española. “Y que el alquiler sea una forma de vida estable y digna como ocurre en Alemania, donde los contratos de alquiler se renuevan automáticamente a menos que el propietario reclame la vivienda con motivos sólidos y no de rendimiento económico”, añadía Palomera.
Una medida que depende directamente de la voluntad política. Muy cerca de las elecciones municipales, el próximo 6 de mayo, tendrá lugar la última sesión del Dilluns dels Drets Humans “Voces para una agenda social en Barcelona” donde podrás escuchar la voz de diferentes partidos políticos para que nos expliquen sus propuestas para hacer una sociedad más justa y que garantice los derechos de todas las personas.