Alarma social ante el aumento desorbitado del precio de la luz
(Miquel Àngel Codina – Catalunya Cristiana) El precio de la luz ha alcanzado últimamente máximos históricos. Este aumento del coste de la luz ha provocado alarma social. Mientras cada vez más personas (familias sin recursos, personas mayores con pensiones muy bajas …) apenas pueden llegar a fin de mes, los beneficios de las multinacionales eléctricas aumentan vertiginosamente. “Es evidente que el aumento del precio de la electricidad nos afecta a todos, pero muy especialmente a las personas y familias más vulnerables. El acceso a los suministros básicos de electricidad (al igual que los suministros de agua y gas) son servicios esenciales básicos”, afirma Sonia Lacalle, responsable de la Asesoría Jurídica Social y de Acompañamiento en Derecho de Cáritas diocesana de Barcelona. “Todos tenemos interiorizado que cualquier persona que tenga un problema de salud tiene derecho a ir a un hospital y recibir el tratamiento adecuado con independencia de su nivel económico. Pero no lo percibimos igual en materia de vivienda ni de acceso a los suministros básicos, a los que, tal como está regulado actualmente, solo pueden acceder los que los pueden pagar, y deja a una gran parte de la población malviviendo, en condiciones deplorables porque no pueden acceder a estos suministros”, dice.
Subida abusiva
Desde el Gobierno central, ya se ha admitido que este año 2021 el recibo de la luz aumentará un 25% respecto del recibo del 2020; esto supone el aumento de una media de 644 euros. “Si analizamos este aumento en relación con la capacidad económica de las personas y familias que acompañamos desde Cáritas, el resultado es sencillo. Estas personas y familias no podrán hacer frente al pago o, si lo hacen, deberán renunciar a otras necesidades básicas”, constata Sonia Lacalle.
En este sentido, hay familias que están cocinando una vez al día para no gastar electricidad con la vitrocerámica o que han cambiado sus hábitos de vida según la nueva tarifa eléctrica, poniendo menos lavadoras o yéndose a dormir antes para ahorrar el consumo de luz. En conclusión, Cáritas revela que este aumento de media de 644€ anuales en el pago de la factura de la luz equivale aproximadamente a los ingresos de un mes de una de las familias atendidas por Cáritas diocesana de Barcelona.
Derechos ciudadanos
“Hay que entender que el suministro eléctrico es vital para vivir con dignidad. Por lo tanto, entendemos que debemos superar la consideración de la persona como simple cliente de una empresa suministradora en pro de la consideración de la persona como titular de un derecho subjetivo a la electricidad a un precio asequible y dentro de unos parámetros de consumo básicos y esenciales”, resalta. Según ella, la pobreza energética no es un tema estacional, sino que los que la padecen, la sufren todo el año. “El aumento del precio de la electricidad está creando una sociedad de dos velocidades, donde cada vez están más separadas las clases más privilegiadas de las que malviven y ven limitadas sus posibilidades de luchar por un futuro más justo” concluye.