Uno de los valores a los que apela Cáritas y el Punto de Encuentro es el reconocimiento de la autonomía. Comprender que las personas son capaces y responsables de realizar su propio curso de vida
Durante mi paso por Cáritas he estado participando en actividades sociales y comunitarias, entre las cuales está el Punto de Encuentro (PE). El PE es un espacio de atención para personas migrantes organizado semanalmente en el despacho de Cáritas de Cornellà. Todos los lunes por la mañana, a las 10h, se reúnen personas contratadas, voluntarias y participantes para compartir un café, resolver dudas y colaborar colectivamente en asuntos que afectan a los recién llegados, como es el registro en el padrón municipal, abrir una cuenta bancaria, la homologación de los títulos técnicos o profesionales o la obtención de la tarjeta sanitaria, entre otros. En cada sesión, las personas recién llegadas que asisten en el Punto de Encuentro se registran en la recepción. Después, las personas contratadas y voluntarias las invitan a pasar a la sala, y las reciben con un café y galletas.
A medida que van entrando, les preguntamos por su nombre y el motivo de su visita, cuáles son sus inquietudes y necesidades. Como persona voluntaria y observador de las dinámicas del encuentro y las interacciones entre los participantes, me ha llamado la atención la capacidad de los trabajadores sociales para conducir un espacio grupal al que acuden entre 15 y 20 personas. Semanalmente, una o dos profesionales lideran el PE. Cada una de las trabajadoras sociales tiene un estilo diferente. Unas son ejecutivas y eficientes, otras son acogedoras y divertidas. Independientemente de su manera de ser y proceder, todas consiguen captar la atención de la gente y explicarles amablemente los procedimientos burocráticos que deben llevarse a cabo para acceder al padrón y abrir una cuenta bancaria, entre otros trámites. En el PE llegan personas migrantes con trayectorias de vida muy variadas. En general, son hombres y mujeres procedentes de Latinoamérica o el Magreb, con experiencias migratorias complejas. Todos llegan en busca de oportunidades para su vida y la de sus familias. Por eso mismo, necesitan apoyo para regularizar su situación administrativa y conseguir un trabajo formal que les permita regularizar su situación administrativa y cumplir sus objetivos. En este sentido, la atención que brindan las personas de Cáritas es fundamental para la acogida, el acompañamiento y la integración potencial en la sociedad.
Al comienzo, las personas muestran timidez y muchas dudas. Al final de la sesión, se van con sus documentos firmados y timbrados, y con la tranquilidad en su cara, confiados de que podrán realizar sus trámites por sí mismos en las respectivas instituciones. Uno de los valores a los que apela o hace Cáritas, y el PE en particular, es el reconocimiento de la autonomía. Comprender que las personas son capaces y responsables de llevar a cabo su propio curso de vida. Nunca se habla de personas vulnerables. Aunque la situación actual en la que se encuentran pueda ser complicada o muy adversa, Cáritas reconoce en sus acciones las capacidades y fortalezas de las personas que acuden al Punto de Encuentro. No los consideran indefensos o impotentes, los acompañan en cada una de sus dudas sobre burocracia, siempre tediosa y complicada. Además, la atención es muy amable y cordial. En mi experiencia, creo que esto es esencial a la hora de destacar la atención en Cáritas y en su Punto de Encuentro para personas migrantes.