Migración / 11/01/2018

Y la guerra trajo la noche más oscura

Publicado por: Cáritas Diocesana de Barcelona

Los conflictos armados se llevan la infancia, las relaciones familiares, los hogares, y, en definitiva, la libertad de las personas

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Foto: Philip Laubner/Catholic Relief Services

Me llamo Reem y esta es mi familia. Nuestra vida, antes de la guerra, era muy parecida a la vuestra. Nuestro hogar está en Homs, una de las ciudades más grandes de Siria. Estudié periodismo en la universidad y luego pasé una temporada en Inglaterra haciendo un postgrado. Cuando regresé a casa, conseguí trabajo en un programa de radio.

Mi marido se llama Youssef y era profesor de Sociología en la Universidad. Nos casamos y formamos una familia. Tenemos tres hijos: Ibrahim, de 12 años, Yara, de 9, y Dima, de 5. Un día estalló la guerra y todo cambió. Homs ha sido una de las ciudades más castigadas. La Universidad y la radio tuvieron que cerrar sus puertas, así que nos quedamos sin trabajo.

¿Cómo íbamos a salir adelante?

Pasaron 3 años y nuestros ahorros se agotaban. Youssef y yo decidimos que él partiría a Líbano. No merecía la pena trasladarse a otra ciudad del país como Damasco o Hassake. Aunque teníamos familiares allí, la situación no era mejor y los desplazamientos resultaban muy peligrosos. Supimos de unas personas que facilitaban el viaje a Beirut, así que les pagamos con los ahorros que nos quedaban. Luego nos enteramos de que se trataba de una mafia. Pero ya era tarde. Youssef se marchó y durante mucho tiempo no tuve noticias de él.

Conseguimos hablar después de meses. Pero las comunicaciones son muy difíciles. Youssef se ha instalado en un campo de refugiados informal a las afueras de Beirut. La informalidad significa que viven sin la protección de los organismos internacionales y que subsisten con lo más básico. Youssef gana algún dinero trabajando como agricultor en la zona rural y ha organizado una escuela informal en el campo de refugiados para que los niños no pierdan su derecho a formarse. Nuestros hijos continúan yendo a clase en Homs, porque a pesar del riesgo de bombardeos la educación es esencial para salir adelante.

La guerra terminará algún día y todos seremos necesarios

Las nuevas generaciones son nuestro futuro y en ellas depositamos la esperanza de reconstruir Siria con lo mejor de nuestro pueblo. La guerra se lleva la infancia. Ibrahim ha tenido que crecer de golpe, consciente de la dureza del entorno y de la marcha de su padre. Yara tiene miedo de salir a la calle, y Dima, que nació al principio del conflicto, no sabe qué es vivir en paz. Quienes nos hemos quedado intentamos que la vida sea lo más normal posible. Con ayuda de la parroquia estamos recuperando un parque para que los niños tengan un lugar donde jugar después de clase.

Soy periodista y no puedo dejar de serlo. Cuando hay internet aprovecho para comunicar nuestra realidad a través de las redes sociales. El mundo no sabe lo que ocurre realmente en Siria y los medios de comunicación internacionales presentes son muy escasos. Siento que todos debemos aportar lo mejor de nosotros mismos para ser luz en esta noche oscura.

Sabías que…?

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Infografía: Cáritas Española
  • 13,5 millones de personas en Siria viven en situación de extrema pobreza; esto es el 85% de la población de Siria, y 5,8m de ellos son niños.
  • 6,3 millones de personas son desplazadas internas dentro de Siria. Se estima que cada familia ha tenido que desplazarse una media de 7 veces desde el comienzo de la guerra.
  • El 80% de la población, no tiene acceso a agua potable segura.
  • Cerca de 5 millones de sirios han buscado refugio en los países de la región, especialmente Líbano, Turquía y Jordania.
  • Alrededor de 1,75 millones de niños y niñas no pueden acudir a la escuela.
  • 1 de cada 3 personas en Líbano es refugiada, y existen 4.164 campos informales en este país.
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Cáritas es una entidad sin ánimo de lucro de la Iglesia católica. Nuestra misión es acoger y acompañar a las personas en situación de pobreza y exclusión social, para que sean protagonistas de su desarrollo integral, desde el compromiso de la comunidad cristiana. Los tres objetivos de Cáritas son promover, orientar y coordinar la acción social; sensibilizar a la sociedad y denunciar situaciones de injusticia social. Queremos construir un mundo donde los bienes de la Tierra sean compartidos por toda la humanidad desde la dignidad de la persona, desde el trabajo por la justicia social y desde la solidaridad y el compartir fraterno.

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