Sham es una niña siria de sólo un año. Cuando llegamos a su casa observamos que pese a sus pocos meses de vida, demuestra un gran interés por todo lo que le rodea. Es una de las muchas víctimas colaterales de la cruenta guerra siria, y toda su familia ha sufrido directamente las consecuencias.
La familia de Sham huyó de Damasco el año 2013. En ese momento sus padres consideraron que no había seguridad en el país, y con el miedo en el cuerpo se fueron de su casa con lo que buenamente pudieron.
En Barcelona pueden vivir en paz, a pesar de que fue muy duro empezar de cero. Rasham, el padre de la Sham, tiene la esperanza de volver algún día a su país, pero su mujer lo ve más complicado. El matrimonio, además de Sham, tiene dos hijas más y un hijo que estos días han podido disfrutar en uno de los casals de verano que se organizan en el barrio de la Sagrada Familia de Barcelona.
La comunicación con ellos es difícil por las diferencias idiomáticas, pero durante la visita contamos con la ayuda del Ani. Ani es una refugiada siria que llegó a Barcelona hace dos años con su familia y que acudió a Cáritas Diocesana de Barcelona en busca de ayuda. Habla inglés y se defiende en castellano, y nos ayuda haciendo de intérprete de otros refugiados. Ani, a diferencia del padre de la Sham, no tiene ninguna esperanza de volver a Siria, pues cree que nunca podrá volver a vivir en paz.
La familia llegó a Barcelona hace unos meses para ayudar a la protagonista de esta historia, Sham. Sham nació con una malformación craneal que ponía en peligro su vida. Ante esta situación, el Hospital Sant Joan de Déu, la Fundació Jubert Figueras y Cáritas Diocesana de Barcelona sumamos esfuerzos para conseguir que Sham viniera a Barcelona y pudiera ser operada lo antes posible. La primera operación realizada por los profesionales del Hospital Sant Joan de Déu fue todo un éxito, pero todavía hay intervenciones pendientes para mejorar la calidad de vida de Sham. Mientras tanto, la familia se aloja en un piso de la Fundació Jubert Figueras, y recibe ayuda material y alimentaria de Cáritas Diocesana de Barcelona. La familia se muestra muy agradecida por todo el apoyo recibido durante estos últimos meses, especialmente con Juana, responsable del programa de refugiados de Cáritas Diocesana de Barcelona. “Juana es uno de nuestros ángeles de la guarda, son nuestra familia” nos afirman emocionados los padres de Sham.
A pesar de los más de mil días de sufrimiento que han vivido para llegar hasta aquí, los padres de Sham ponen de manifiesto que “lo más importante ha sido salvar a la familia y a los hijos”. Seguro que lo han conseguido, y mientras ellos continúen luchando día a día, Cáritas Diocesana de Barcelona estará a su lado.