Anna Selva nació en Barcelona. Diplomada en trabajo social, se incorporó a Cáritas Diocesana de Barcelona en 1988 como trabajadora social en el programa de personas mayores. Desde entonces ha ido desarrollando diferentes encargos en la entidad. Máster en Ecología Emocional, colabora con la Fundació Ecologia Emocional, entre otros, como tutora del máster de crecimiento personal y formadora. Miembro del patronato de la Fundación la Salut Alta en Badalona.
El 25 de junio de 2024 se firmó la integración definitiva de Cáritas Interparroquial de Mataró y Cáritas Diocesana de Barcelona. ¿Cuál es tu responsabilidad respecto a la acción de Cáritas en Mataró?
Soy la responsable de Cáritas en la zona pastoral 5. Esto incluye aquellos municipios que forman parte del Barcelonès Nord (Sant Adrià del Besòs, Santa Coloma de Gramenet y Badalona) y todos los del Maresme hasta Caldes d’Estrac. En el caso concreto de Cáritas en Mataró, mi trabajo es el de coordinar y apoyar a las personas voluntarias y contratadas que actúan sobre el terreno. La ciudadanía percibe a Cáritas como una entidad cercana, que da respuesta a las necesidades más inmediatas. La acción de Cáritas en Mataró también se fundamenta en estos principios, y nuestro objetivo es que esto siga como hasta ahora.
¿Cómo ves la acción de Cáritas en Mataró? ¿Te ha sorprendido algo, en positivo o en negativo?
Aunque ya tenía conocimiento de la implicación del voluntariado en los distintos niveles de la acción, no deja de sorprender positivamente. Desde Cáritas afirmamos que somos una entidad DE personas voluntarias, y no CON personas voluntarias. En este sentido, la labor que los voluntarios y voluntarias han llevado a cabo en Mataró durante los últimos 57 años es un tesoro que hay que preservar.
¿Qué retos tenéis por delante?
Uno de los retos que tenemos en Mataró, pero también en el conjunto de la diócesis de Barcelona, es cómo conseguir que nuevas personas se sumen al proyecto de Cáritas. En el caso de Mataró, casi el 60% de las personas voluntarias son mayores de 65 años. Son personas con experiencia, que conocen de primera mano cómo acoger y acompañar a los más vulnerables de la ciudad. Sin embargo, es importante que podamos implicar a nuevas personas, sea como voluntarias o ensanchando la base de socios y donantes.
Por otro lado, desde Cáritas Barcelona llevamos años haciendo un proceso de reflexión y conversión de todo aquello que tiene que ver con la cobertura de las necesidades más básicas, como es el caso de la alimentación y la ropa.
En este sentido, desde el año 2013 impulsamos la tarjeta solidaria de alimentos. El objetivo de la tarjeta solidaria es que las personas que acompañamos desde Cáritas puedan comprar con autonomía en los establecimientos comerciales de alimentación por medio de las ayudas económicas que reciben. La apuesta de Cáritas por las ayudas económicas vía tarjeta se orienta a que las personas puedan comprar lo que realmente necesitan, y que puedan hacerlo en aquellas tiendas más cercanas a su domicilio. Desde enero de este año, estamos distribuyendo estas tarjetas a las personas que acompañamos a Mataró.
En cuanto a la ropa, el pasado mes de julio abrimos una tienda Moda-re en la calle Argentona. El establecimiento ofrece ropa de segunda mano o procedente de excedentes de empresas a un precio muy económico, facilitando el empleo de personas en situaciones de vulnerabilidad. El objetivo no es solo cubrir una necesidad básica como la ropa, sino dar una segunda vida a las prendas en desuso.
¿Cómo ves el futuro de Cáritas Diocesana de Barcelona en Mataró?
Lo veo con optimismo. El Papa Francisco siempre nos recordaba que en la Iglesia cabemos todos, todos, todos. La Iglesia, Cáritas es un barco abierto a todos, sin filtros, con las puertas y rampas siempre abiertas. Esta suma de fuerzas con Cáritas Mataró nos impulsa a construir una entidad que camina en consonancia con el mensaje del Papa, y que puede dar una mejor respuesta a todas y cada una de las personas que a diario nos piden ayuda.