“Con el acompañamiento no nos basta: necesitamos comprender las dinámicas sociales que provocan las situaciones de exclusión“. Con esta premisa, el director de Cáritas Diocesana de Barcelona, Salvador Busquets, ha querido explicar los motivos que han llevado a Cáritas a impulsar el primer estudio FOESSA en la diócesis de Barcelona.
Durante el desayuno informativo de Navidad, Cáritas ha explicado los principales datos del Informe FOESSA de Barcelona, exponiendo que 1 de cada 4 personas (646.000 personas) de la diócesis de Barcelona se encuentra en situación de exclusión social. Busquets ha advertido que la situación es grave, y que Barcelona se sitúa por encima de la media catalana y española en niveles de exclusión social. El director de Cáritas ha indicado que municipios como Barcelona, L’Hospitalet, Cornellà o Santa Coloma concentran un mayor número de situaciones de exclusión, y que las dificultades para acceder a una vivienda, la precariedad laboral o la acogida de personas migrantes tienen una mayor incidencia. “Nuestro modelo socioeconómico está dejando a personas, familias y menores atrás, y lejos de revertir esta situación la estamos naturalizando” ha constatado Busquets.
El director de Cáritas Barcelona ha afirmado que la exclusión social no es inevitable, y que se necesita una respuesta conjunta por parte de la administración. “Hacen falta consensos a largo plazo, sobre todo en materia de vivienda, y políticas transversales contra la desigualdad laboral, de género y de edad, que promuevan una oferta suficiente y de calidad de prestaciones y servicios” concluyó Busquets.
Miriam Feu, responsable de análisis social e incidencia de Cáritas Diocesana de Barcelona, ha centrado su discurso en la multidimensionalidad de la exclusión social, un concepto que va más allá de la pobreza económica. Feu ha destacado que 1 de cada 3 personas (cerca de un millón de personas) tienen dificultades para acceder o mantener una vivienda digna, lo que se añade a la precariedad laboral que está creando nuestro mercado de trabajo (donde 1 de cada 3 contratos duran 7 días o menos). Además, un 4% de la población (100.000 personas) vive en hogares sin una alimentación básica y el 13% de la población (352.000 personas) han dejado de comprar medicamentos y seguir tratamientos por problemas económicos.
La acumulación de estas problemáticas, junto con el aislamiento social y la falta de una red o comunidad de referencia hace que las personas acaben cayendo en la espiral de la exclusión social, y se vayan quedando fuera de nuestra sociedad.
Feu ha advertido que la exclusión social de los niños se sitúa en el 27%, y que las mujeres, las familias numerosas y las familias monoparentales son las que tienen un mayor riesgo de caer en la exclusión social. “Las dificultades económicas severas durante la infancia dejan una marca profunda, y sufrir estas dificultades puede multiplicar por 2 la probabilidad de caer en la pobreza o la exclusión en la etapa adulta”, explicó Feu. La responsable de análisis social de Cáritas Barcelona ha recordado que vivimos en una sociedad cada vez más desligada y desvinculada, y que si bien la renta media en Cataluña ha aumentado un 2% en los diez últimos años, la renta de las personas con menos recursos ha caído un 9%.
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