Es el momento de realizar nuevas políticas. Por ello, hacemos 4 propuestas sociales para los gobiernos municipales. Sólo así podremos conseguir cicatrizar la herida de la desigualdad.
Mes tras mes, año tras año, y ya van muchos, vemos que los datos de la recuperación económica no van acompañadas de una mejora en las condiciones de vida de las personas que sufren exclusión social. Como sociedad, miramos hacia atrás para ver cómo estábamos “antes de la crisis” y nos fijamos los objetivos para llegar a recuperar aquellas situaciones, porque si la economía se recobra, también deberían hacerlo los indicadores de pobreza. Pero olvidamos fácilmente que la crisis también provocó cambios estructurales y que, ahora, necesitamos de un mayor esfuerzo colectivo para generar las condiciones que ayuden a las personas a salir de las situaciones de pobreza y exclusión sociales en las que se encuentran desde hace años. Ahora, por tanto, es el momento de realizar nuevas políticas, y de hacerlas con un esfuerzo mucho más intenso que el que a menudo tenemos en mente.
En Cáritas pensamos que es necesario que todos los niveles administrativos empiecen un giro que las haga desarrollar políticas alineadas y coherentes entre ellas. Por eso iniciamos, los últimos meses, un proceso participativo con personas trabajadoras, voluntarias y participantes de nuestros proyectos. Fruto de este proceso, pudimos desplegar una serie de prioridades que, a nivel local, pensamos que son indispensables para cerrar la herida.
- Servicios Sociales
Nuestras sociedades necesitan un Servicios Sociales más y mejor desplegados. Esta debería ser una prioridad para todos los gobiernos locales que inician ahora su mandato. Pero también para toda la oposición política, ya que se necesita generar un consenso sobre este tema que vaya mucho más allá de una legislatura, que sea un acuerdo de ciudad que permita mantener, sostenidamente y de manera abierta en la sociedad civil, una política social en salida. Los Servicios Sociales que necesitamos actualmente deben estar mejor financiados, deben tener más recursos humanos y deben tener la capacidad de realizar más ayudas y más intensos.
- Vivienda
El problema de la vivienda es común en toda la diócesis. El 36% de las personas que viven sufren exclusión residencial. Necesitamos políticas de vivienda que den respuesta a las emergencias de hoy, pero que también apuesten por un diseño estructural a lo largo del tiempo. Las políticas de vivienda de hoy garantizan el derecho a la vivienda de mañana. Por este motivo hay que generar un consenso en cada ciudad para incrementar los esfuerzos en política de vivienda, con un marcado acento social y, por encima de todo, destinadas a incrementar el parque público de alquiler social, así como el asequible.
- Inserción laboral
La inserción laboral que hacemos en Cáritas con el proyecto Feina amb Cor, basado en el acompañamiento intensivo de las personas en situación de paro, está dando sus frutos. En 5 años ha logrado insertar a más de 4.000 personas en el mercado laboral. Pensamos que es un proyecto que se puede replicar desde la Administración, haciendo de los servicios de empleo verdaderos espacios de recuperación de las personas, herramientas que ayuden a salir de las situaciones de extrema precariedad laboral.
- Ciudadanía
Por último, hay que hacer extensivo el derecho de ciudadanía a tantas y tantas personas que viven entre nosotros siendo invisibles y con casi todos sus derechos vulnerados. Hoy en día, el padrón es la puerta de acceso a muchos derechos como la educación, la sanidad o ser atendido por los servicios sociales municipales. Y mucha gente no se puede empadronar porque muchos municipios hacen una interpretación restrictiva del empadronamiento. Hay que permitir a todos empadronarse allí donde viven, independientemente de si tienen contrato de alquiler o no. De este modo, muchas personas volverán a ser ciudadanos en sus ciudades.