En presencia de Mons. Javier Vilanova, Obispo auxiliar de la archidiócesis de Barcelona, Cáritas Diocesana de Barcelona ha presentado su tradicional informe de Navidad. La entidad se ha focalizado en el impacto que ha tenido la crisis social y económica derivada de la COVID-19 en las familias con niños y adolescentes de la diócesis de Barcelona.
Para contextualizar la situación, el director de Cáritas Diocesana de Barcelona, Salvador Busquets, ha explicado que los menores de 18 años en España y Catalunya siempre han tenido una tasa de pobreza superior a la media europea. “Los menores de 18 años son un colectivo poco protegido en nuestro país. Si la media de los países de la Unión Europea destina un 2,4% del PIB a gasto social en familia e infancia, España sólo dedica un 1,3% del PIB”, ha indicado. Busquets ha advertido que España es el tercer país de la Unión Europea con mayor tasa de pobreza en los menores de 18 años, destacando que las condiciones de vida de las familias son muy duras, y que se intensifican en el caso de los hogares monoparentales y las familias numerosas.
La situación de las familias con niños y adolescentes en la diócesis de Barcelona
Miriam Feu, responsable de análisis social e incidencia de Cáritas Diocesana de Barcelona, ha sido la encargada de explicar los principales datos del adelanto del Informe FOESSA 2022. Feu ha expuesto que, en la diócesis de Barcelona, la exclusión social de los hogares con niños y adolescentes es del 40%, y que se duplica en relación con las familias sin hijos. Asimismo, ha apuntado que esta exclusión es más intensa en los hogares monoparentales, puesto que 1 de cada 2 familias se encuentra en exclusión social. “Casi la mitad de los hogares con menores tienen dificultad para llegar a fin de mes, y el 43% no dispone de ingresos para gastos imprevistos. Son familias muy vulnerables y la pandemia ha agravado su situación”.
Las familias manifiestan dificultades en todos los ámbitos de la vida, pero destaca que un 36% ha tenido que reducir los gastos en alimentación, y un 52% los gastos en vestido y calzado. Además, un 11% se han visto obligadas a compartir piso con personas desconocidas, y el 26% han tenido impagos relacionados con la vivienda.
El impacto de la crisis en las familias con niños y adolescentes atendidas por Cáritas Barcelona
En cuanto a las familias con niños y adolescentes atendidas por Cáritas, Feu ha destacado que han sufrido con mayor intensidad los efectos económicos y sociales de la COVID-19. Ha apuntado que un 20% de las familias viven sin ingreso alguno, 16 puntos más que antes de la pandemia. Esto ha tenido consecuencias en todos los ámbitos de su vida y, por ejemplo, un 44% de los hogares no logran alimentarse adecuadamente. Asimismo, casi la mitad de las familias no pueden pagar los gastos relacionados con la vivienda (alquiler, realquiler o hipoteca), y que un 27% se han visto obligados a cambiar de domicilio por falta de ingresos. En cuanto al impacto en la salud mental, el 67% de los padres y madres de familias acompañadas por Cáritas presentan riesgo de sufrimiento psicológico, triplicando la situación del conjunto de la población de Barcelona de 15 o más años (19,9%). “Todas estas dificultades son un enorme obstáculo en las oportunidades académicas de los niños, y puede acabar alimentando los porcentajes de pobreza y de exclusión futuras”, ha apuntado Feu. La emergencia económica que sufren las familias no ha logrado apaciguarse con las prestaciones de ingresos mínimos, refiriéndose a que sólo un 9,9% de las familias con niños y adolescentes atendidas por Cáritas Barcelona cobran la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC) o el Ingreso Mínimo Vital (IMV).
Las propuestas de Cáritas Diocesana de Barcelona
Cáritas ha querido recoger las demandas de las familias que acoge y acompaña. Para ello, les ha hecho una serie de preguntas, centradas en lo que pedirían a las administraciones para mejorar su situación. Un 36% de los padres y madres han puesto la vivienda como la primera prioridad, pidiendo un mayor número de viviendas de alquiler social. Seguidamente, un 26% han pedido más ayudas para encontrar un trabajo, y un 18% más prestaciones por hijo a cargo, entre otras. En cuanto a los niños, un 24% han solicitado más ayudas para las personas vulnerables, un 19% más apoyo para que sus padres encuentren trabajo, y un 18% vivir en una vivienda digna.
Siguiendo estas demandas, Cáritas Diocesana de Barcelona ha instado a primar el interés superior del menor por encima de cualquier otra circunstancia, aumentando el gasto en protección social española y catalana hasta la media europea. Para ello, propone aumentar la prestación por hijo a cargo o garantizar el acceso a Internet a las familias más vulnerables. En cuanto a la vivienda, Cáritas apuesta por un complemento económico a la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC) mientras no se desarrolle una política de vivienda clara. También se pide la ampliación del parque público, más viviendas por la mesa de emergencia social y garantizar el acceso a suministro.
Esta Navidad, cada familia es importante
Mons. Javier Vilanova, Obispo auxiliar de la archidiócesis de Barcelona, ha sido el encargado de cerrar la Rueda de Prensa. Ha hecho hincapié en las fechas de Navidad, caracterizadas por la ilusión, la familia y el reencuentro. “Es importante que luces de esperanza nos iluminen, para recordarnos que celebramos días de gozo, y que Jesús ha nacido”. Vilanova ha destacado que el pasado miércoles día 8, una nueva luz se encendió en el cielo de Barcelona, en referencia a la estrella que corona la torre de María de la Sagrada Familia. “Es necesario que la estrella brille para todos los barceloneses, sin distinción, pero que su luz llegue a este 40% de familias con niños y adolescentes que sufren exclusión social”, ha apuntado.
Para Vilanova, Cáritas también es sinónimo de luz, y ésta se hace presente en las acciones que llevan a cabo voluntarios, profesionales, socios o donantes. “Más allá del trabajo de Cáritas, invito a la ciudadanía ya los responsables políticos a actuar con gestos cotidianos de amor y de servicio”. Finalmente, el obispo auxiliar ha pedido que esta Navidad sea sinónimo de luz, y que, a pesar de la pandemia, todo el mundo tenga una estrella que le guíe en medio de la oscuridad y la incertidumbre que nos ha tocado vivir.