La incorporación de las tecnologías en nuestro día a día ha provocado cambios sociales que obligan a una constante adaptación por parte de la ciudadanía. Las personas que no disfrutan de un conocimiento digital, por desgracia, pueden llegar a quedar excluidas
“La brecha digital es un nuevo factor que agrava la exclusión social de muchas personas. Esto se hizo más evidente a partir de la COVID-19. En ese momento, muchas personas no pudieron acceder a ayudas por desconocimiento, e incluso había niños y niñas que no podían seguir sus estudios por falta de conexión a internet, ordenador o desconocimiento informático. Esto generaba grandes diferencias con el resto de compañeros y compañeras de la escuela”, afirma Pol Rodríguez, técnico del programa de Formación e Inserción Laboral de Cáritas Barcelona. Según el último informe FOESSA, 3 de cada 10 hogares de la diócesis de Barcelona se encuentran en apagón digital. En el caso de los hogares que se encuentran en situación de exclusión, la cifra afecta a casi 1 de cada 2 hogares. Así, un 7,3% de los hogares de la diócesis afirma haber perdido oportunidades laborales debido a la brecha digital, ya sea por dificultades a la hora de elaborar un currículum, enviarlo o tener acceso a internet.
Ante esta problemática, Cáritas decide impulsar el proyecto “Bretxa Digital”. “Tenemos dos líneas de actuación. Por un lado, realizamos formaciones de autonomía digital, que pueden ir desde cómo crear correo electrónico o saber utilizar aplicaciones como Google Maps, La Meva Salut o Google Drive, entre otras”, detalla Pol. El curso está impartido por personas voluntarias de Cáritas Barcelona, que son las encargadas de transmitir el contenido del curso a las personas participantes. “El trabajo del voluntariado es vital para el desarrollo del proyecto, ya que además de impartir la formación nos sugieren cambios y mejoras durante el curso”.
Por otro lado, el proyecto también acompaña a personas que necesitan realizar trámites, pero que no disponen de un espacio donde hacerlos o de una persona que pueda ayudarles. Como en el anterior caso, las personas voluntarias ofrecen apoyo, guiando y orientando en todas las tareas que sean necesarias.
Manoli es una de las personas que ha participado en el curso de autonomía digital. “Para pedir cita al médico, pedir el paro o cualquier otra cosa, necesitas tener conocimientos informáticos. Si no sabes nada de ordenadores, es como que no vives. Tienes que estar siempre dependiendo de la gente”, explica. Gracias a la participación en los cursos de autonomía digital afirma que ha aprendido muchas cosas y que las voluntarias tienen mucha paciencia. “Si no entiendo algo a la primera, me lo vuelven a contar”. José también ha participado en los cursos. “Antes solo sabía realizar los trámites llamando por teléfono o de forma presencial. Ahora ya sé enviar un mensaje de correo electrónico, recibirlos, leerlos, borrarlos y muchas cosas más. El saber no ocupa sitio, y yo lo he aprovechado mucho”, explica.
Desde Cáritas se sigue trabajando para hacer crecer el proyecto, con el objetivo de combatir la brecha digital y ayudar a las personas que la padecen.
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