Esta mañana, Cáritas Diocesana de Barcelona ha reunido a 150 personas en el Palau Macaya, donde se ha presentado el informe “Cuidar y crecer en fragilidad: Familias, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad”.
Mireia Milian, Responsable del programa de familias e infancia de Cáritas Barcelona, Carmen García, Responsable del programa de infancia de Cáritas Española y Miriam Feu, Responsable de análisis social e incidencia de Cáritas Barcelona han sido las encargadas de presentar el informe.
El informe analiza los factores que influyen en la vulnerabilidad y exclusión que viven las familias atendidas por Cáritas y cuáles son las vulneraciones de los derechos de la infancia que se producen. Para ello, Cáritas ha encuestado a familias con niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad, seleccionando a 606 padres y madres acompañados por Cáritas Barcelona, y 464 niños y adolescentes hijos/as de estos padres y madres.
En el último informe FOESSA elaborado por la Fundación Foessa, y con el apoyo de Cáritas Diocesana de Barcelona, se destacaba que un 41,4% de familias con hijos de la diócesis de Barcelona se encuentran en situación de exclusión social, en comparación con el 19,8% de las que no tienen hijos/as. En el caso de los hogares monoparentales, el 52,8% se encuentran en situación de exclusión social, así como el 53,4% de las familias numerosas.
“Prácticamente, el total de hogares con niños, niñas y adolescentes atendidos por Cáritas están en situación de pobreza severa (89,2%)”, ha indicado la responsable de análisis social e incidencia de Cáritas Barcelona, Miriam Feu. En el ámbito laboral, ha explicado que solo el 58,7% de las familias atendidas por Cáritas trabajan, pero que pese a tener un trabajo, este no es garantía de tener unos ingresos que permitan llegar a fin de mes. Desgranando esta cifra, Feu ha destacado que el 51,5% de los padres y madres que trabajan tienen una jornada parcial porque no han podido encontrar un trabajo de jornada completa, y el 45,7% trabaja sin contrato. “A pesar de que el 91% de los hogares con niños y adolescentes tienen algunos ingresos, estos no superan la media de 850€ mensuales netos para toda la familia”, ha advertido Feu. Esto sitúa a la mayoría de las familias en la pobreza severa y añade muchas carencias en su día a día.
En cuanto a la situación habitacional, la responsable de Cáritas ha detallado que un 60% de familias con niños y adolescentes acompañadas por Cáritas no tienen una vivienda digna, ya que un 31,5% se ven obligadas a vivir en una habitación, en un piso compartido (mayoritariamente sin contrato), en viviendas cedidas por instituciones u otras personas (11,2%), ocupando una casa por necesidad (9,2%) o en alquiler sin contrato (8,1%).
“Estas situaciones generan un sufrimiento muy grande en las familias, y tienen una incidencia directa en su salud psicoemocional”, ha constatado Mireia Milian, responsable del programa de familias e infancia de Cáritas Barcelona. En este aspecto, ha denunciado que prácticamente 2 de cada 3 padres y madres acompañados por Cáritas Barcelona se encuentran en situación de sufrimiento psicoemocional, el triple que el conjunto de la población de Barcelona de 15 o más años. Se reproduce el mismo patrón para niños, niñas y adolescentes (3 de cada 5 en situación de sufrimiento psicoemocional, lo que triplica la media de la población). Existe una relación bidireccional entre los factores estructurales y el bienestar emocional, y además existe un círculo virtuoso entre la red de relaciones sociales, la resiliencia y el bienestar emocional.
El estudio confirma que las competencias parentales de las familias acompañadas por Cáritas Diocesana de Barcelona son elevadas, y que los padres y madres deben realizar un sobreesfuerzo para hacer frente a las carencias del día a día que obstaculizan el ejercicio de la parentalidad. “Solo pueden sostener este sobreesfuerzo en unos altos niveles de resiliencia, que superan la media de la población, porque las condiciones estructurales y la falta de políticas públicas les juegan en contra”, ha advertido Milian. Además, factores como la pobreza económica, la precariedad laboral, un nivel de formación bajo, o unas políticas sociales insuficientes multiplican por dos las probabilidades de estos niños a ser personas en riesgo de exclusión cuando sean adultos.
Para finalizar la presentación, Carmen Garcia, responsable del programa de infancia de Cáritas Española, ha hecho hincapié en la importancia de cómo se acompañan a estas familias, y ha puesto de ejemplo el modelo de acción social de Cáritas. “El modelo parte de la idea de que la intervención social debe hacerse centrándose en las potencialidades y posibilidades de la persona, donde la familia desempeña un papel central, puesto que es el primer espacio de integración social, de ejercicio de derechos y de rehabilitación de la dignidad humana”, ha explicado.
En este sentido, Garcia ha pedido implementar políticas públicas que rompan con la transmisión intergeneracional de la pobreza, reforzando la protección y la transferencia material (ingresos, vivienda, becas, recursos escolares y extraescolares…), ampliar la garantía de ingresos mínimos con ayudas económicas universales por hijo o trabajando en colaboración con las administraciones públicas, el tercer sector y la comunidad para generar una sociedad más integradora y cohesionada. Asimismo, también ha pedido invertir en políticas públicas de prevención, diagnóstico y cuidado de la salud mental para adultos e hijos/as, garantizando la accesibilidad económica de las familias a un nivel de vida digno o elaborar políticas de vivienda que garanticen el acceso y el mantenimiento de una vivienda digna a las familias con niños y adolescentes, y mejorar así su bienestar emocional.
“Es necesario que trabajemos para conseguir la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación desde la mirada integral, incluyendo actividades de tiempo libre y extraescolares como parte del sistema educativo. Es importante que las familias participen de las mismas actividades y no se diferencie según la situación socioeconómica. Para hacerlo posible, es necesario fomentar espacios comunitarios en los barrios que sean tan educativos como la escuela (casales, bibliotecas, asociaciones culturales, centros cívicos, etc.), en línea con la educación integral 360°”, ha concluido.
Para cerrar la jornada, Salvador Busquets, director de Cáritas Barcelona, ha afirmado que la fragilidad que sufren las familias las condena a sobrevivir, y que la falta de una política de vivienda no tiene un efecto neutro. “Vivir en una habitación de realquiler ha pasado de ser una solución temporal a ser una aspiración para muchas familias, frente a la alternativa de vivir en la calle. La falta de vivienda digna es una vulneración de derechos por todos, no solo por las familias con niños”, ha advertido el director de Cáritas. Por este motivo, ha pedido alinear las políticas y las intervenciones con una coordinación real y efectiva, con una visión multidimensional, que mejore la calidad de la intervención tanto desde las administraciones públicas como de las entidades.