La iniciativa ayuda a que los niños empiecen el nuevo curso con alegría y motivación y contribuye al aprendizaje de los valores de la solidaridad y la ayuda mutua
Septiembre es un mes muy complicado para todas las familias, pero para aquellas que durante todo el año tienen dificultades para llegar a fin de mes, es un mes crítico. Cualquier niño necesita tener la mochila a punto el primer día de escuela. Y no se llena sólo con los libros del curso que empieza. Las madres y los padres no pueden dejar de pensar en todo lo que necesitan sus hijos para la escuela: libretas, lápices, subrayador, el estuche… Una gran inversión cuando no se sabe cómo pagarás el alquiler o que podrás cenar.
Los libros y el material escolar suponen un gran gasto de inicio (entre 200 y 300 euros de media), pero durante todo el curso hay que reponer mucho de este material indispensable para una escolarización en igualdad de oportunidades.
El año pasado el gasto escolar anual se situó entre los 800 y los 1.500 euros por familia. Este es un gasto inalcanzable para las familias atendidas por Cáritas: 77% se encuentra en situación de desempleo y las que trabajan lo hacen en condiciones de extrema precariedad. Por ello, nuestra institución destina un 11% de las ayudas económicas a ayudas relacionadas con la escolarización, más de 180.000 € en 2017.
Garantizando la igualdad de oportunidades
Desde Cáritas, queremos garantizar la igualdad de oportunidades a los niños que viven una situación de pobreza y exclusión social. Pensamos que todos los niños y niñas tienen derecho a tener, durante todo el curso, el material escolar necesario. Por ello, un año más ponemos en marcha la campaña de recogida de material escolar “Un curso solidario” dirigida a las escuelas.
La campaña -que ha empezado en septiembre, pero se alarga durante todo el curso- forma parte del programa de sensibilización del programa Escuelas con corazón y Educación en valores en el que participan cerca de 150 escuelas de toda la diócesis.
Un equipo de voluntarias se encarga de hacer llegar a las escuelas adscritas a este programa las necesidades de cada momento y las escuelas recogen material escolar nuevo y diverso entre el alumnado. El material recogido se reparte entre las familias atendidas por Cáritas que no tienen los recursos económicos suficientes para comprarlos.