El proyecto Pasarela agrupa a diferentes entidades sociales europeas que trabajan con adolescentes y jóvenes migrantes no acompañados.
A partir del intercambio de conocimientos y experiencias de intervención, tiene la finalidad de fortalecer y mejorar el acompañamiento social y educativo de estos jóvenes.
Si el pasado año 2022 se realizó una inmersión de trabajadores y educadores sociales de Mali y Senegal en Murcia y Sevilla, durante la primera quincena de mayo de 2023 realizamos la inmersión en Barcelona y Girona, para conocer cómo se trabaja en los distintos proyectos de Caritas española en unos territorios caracterizados por la llegada de importantes flujos migratorios de jóvenes, menores y mayores de edad, en los últimos años. Esta inmersión ha reunido a profesionales del ámbito social de Senegal y España para compartir y generar el intercambio de buenas prácticas y para crear puentes (pasarelas) entre países de origen (África del Oeste) y de destino (Europa).
Durante la inmersión, se han realizado reuniones con hasta un total de 10 profesionales que intervienen desde diferentes ámbitos (jurídico, social o formativo-laboral) con jóvenes. También se han visitado diferentes recursos residenciales, básicamente pisos de acogida, dónde se han realizado encuentros formales e informales a través de la actividad de la vida cotidiana, compartiendo así comidas, cenas e incluso partidos de fútbol o salidas culturales y de ocio.
Todo ello ha permitido conocer más de cerca la realidad sobre el terreno y como se desarrolla el trabajo, compartiendo experiencias concretas en torno a cuestiones vitales en el acompañamiento y en la intervención educativa con adolescentes y jóvenes (tutelados y ex tutelados) en diferentes espacios y contextos.
Al final, hemos intentado, a través del trabajo de Cáritas, pero también de otras entidades, así como el trasfondo del servicio público que administra el sistema de protección, ofrecer una visión global y comprender la realidad y las dificultades de estos jóvenes al llegar, así como el impacto que puede llegar a tener en sus familias.
Esta experiencia nos ha permitido conocer las diferencias que hay entre Senegal y España, pero también entre otros países europeos como Francia. Diferencias a la hora de intervenir que tienen mucho que ver con aspectos culturales, sociales, demográficos, económicos, de valores, de condiciones de vida o de oportunidades de futuro para los jóvenes. Otros aprendizajes tienen que ver con los valores a los que damos realmente importancia y que marcan actitudes y comportamientos concretos, como puede ser la presión que sienten por parte de la familia, así como esa especie de competición por mejorar aquello que consiguieron sus padres, de ahí ese afán por llegar a Europa como meta.
A lo largo de esta pasarela, también hemos podido entender incluso reacciones o actitudes de los jóvenes, así como el esfuerzo que supone adaptarse a la realidad con la que se encuentran al llegar a Europa con el objetivo común de poder ayudar a mejorar la vida de su familia. Todos ellos son aspectos que ponemos sobre la mesa a la hora de plantearnos el tipo de acogida y acompañamiento que hacemos desde nuestros proyectos, para saber si están bien diseñados para dar respuesta a las necesidades, desde una mirada de atención centrada en la persona, como marca nuestro propio modelo de acción social.
En definitiva, gracias a la pasarela hemos tenido el privilegio de compartir con profesionales de Europa y África del Oeste y de rescatar un derecho tan básico como el de tener una vida digna y la voluntad y deseo de vivir en paz.