El Centre Sant Pau de Cáritas acogió un encuentro intercultural con el título “Los alimentos que viajan”, en el contexto del maig Intercultural en la ciudad de Mataró
Durante el encuentro se estableció un emotivo diálogo entre mujeres y hombres de origen marroquí y senegalés, en el que también participaron personas voluntarias de Cáritas. Los protagonistas, en su mayoría alumnos que asisten a clases de catalán, compartieron historias sobre alimentos que han atravesado océanos para llegar a nuestras mesas. La patata de los Andes o el tomate y el cacao de México sirvieron de punto de partida para hablar de cómo los alimentos viajan y unen las culturas. Así, mientras algunos participantes explicaban cómo preparan el cuscús con verduras del mercado, otros recordaron recetas con especies de sus países de origen que aquí echan de menos.
El centro de la reunión fue el intercambio de experiencias, como si fuera una sesión de cocina entre amigos y amigas. Se habló de cómo el pescado, la carne y las frutas se preparan de forma diferente en cada hogar, pero siempre con el mismo objetivo: alimentar el cuerpo y el alma. Las personas participantes coincidieron en que, aunque los ingredientes puedan variar, el valor de compartir una comida en familia o con las amistades es universal. Además, la experiencia fue una buena oportunidad para aprender los nombres en catalán de un montón de alimentos que se utilizan a diario, como la sandía o la calabaza, uniendo el aprendizaje de la lengua con las tradiciones culinarias.
La jornada sirvió para constatar que la comida es mucho más que un conjunto de nutrientes. La comida es identidad, pero también historia, memoria y cariño. Una de las participantes explicó que sus hijas prefieren la pizza al tradicional tajín, pero que incorporan ingredientes marroquíes a su plato italiano favorito. Así aprendieron que la interculturalidad fluye y transforma los platos sin perder sus raíces. En un mundo donde los alimentos viajan más que las personas, encuentros como este nos demuestran que cada plato tiene una historia detrás, y que compartirla es la mejor forma de entenderse.
“El objetivo del taller es realizar un viaje a través de los sentidos que se activan a partir de los alimentos, y tomar conciencia de que muchas comidas que ahora forman parte de nuestra cocina han venido del otro lado del océano”, ha explicado Omaira Beltrán, técnica en intervención intercultural del Programa de Movilidad Humana de Cáritas Barcelona. Beltrán ha defendido que al igual que hemos normalizado muchos alimentos en nuestras mesas, las personas que se marchan de su país también pasan a convertirse en una parte importante de nuestra sociedad.
Al finalizar el taller, una de las voluntarias explicó que es la mujer de un catalán de origen brasileño, y que este hecho ha modificado no solo sus comidas diarias, sino también las celebraciones que giran en torno a los alimentos. Así, las recetas viajan y enriquecen nuestro espíritu, y nos amplían la visión del mundo.