Cada día, desde Cáritas, vemos cómo mucha gente, a pesar de residir aquí y querer ser parte de nuestra sociedad, se encuentra con una frontera (in)visible que les impide y dificulta poder vivir una vida digna.
La ley de extranjería vigente hace que miles de personas en el Estado español se encuentren en situación administrativa irregular, una condición que les expulsa de poder gozar de los derechos de ciudadanía más básicos.
Las vías existentes para obtener una autorización de residencia y trabajo no son sencillas. Y una vez obtenida, es fácil perderla. Esta irregularidad administrativa impide poder tener un contrato de trabajo, ser titular de una cuenta bancaria, firmar un alquiler o acceder a alguna ayuda. Además, fomenta la explotación laboral, al invisibilizar a las personas como sujetos de derechos. Por tanto, al no ser reconocidas, también son condenadas a vivir con el miedo a acabar en un centro de internamiento o ser expulsadas por falta del permiso de residencia.
En Cáritas Diocesana de Barcelona, el 40% de las personas que atendemos se encuentran en esta situación y son perjudicadas directamente por la ley de extranjería. Cada una, por diversas causas, ha tenido que irse de su país de origen y ha llegado aquí buscando un futuro mejor. Pero solo por haber vivido un proceso migratorio, son despojados de los derechos fundamentales inalienables de toda persona. Muchas, pues, acaban construyendo una vida en la marginalidad de un sistema que les da la espalda y les criminaliza y en última instancia, les impide poder contribuir como ciudadanos a la vida en sociedad.
Es por ello que nos hemos unido a una gran red de organizaciones de la sociedad civil bajo el nombre Esenciales, que ha puesto en marcha una iniciativa legislativa popular (ILP) en forma de proposición de ley para una regularización extraordinaria de personas extranjeras.
Nuestras firmas son importantes, es necesario recoger 500.000 firmas para 500.000 personas y así poder llamar a la puerta del Congreso de los Diputados y hacer que se comprometan a debatir esta propuesta. Si cuentas con la ciudadanía española y eres mayor de edad, tu firma es la manera de participar y ayudar a promover una alternativa más justa y posible a la legislación actual.
Desde un punto de vista económico, la regularización supondría una aportación fiscal neta de 3.500 € por cada persona. Al mismo tiempo, no es algo nuevo. Esta medida ya se ha llevado a cabo en más de una ocasión en el Estado, la última, en 2005. Además, ninguna de estas regularizaciones ha provocado un aumento de la llegada de personas recién llegadas.
Para tus vecinos y vecinas con quienes quizás te saludas por la calle, para algún amigo, amiga o bien persona conocida que ha venido de lejos, para quien cuida de tus padres o abuelos ya mayores, la familia de los compañeros de clase de tus hijos, por quien cultiva y recoge la fruta y la verdura que cocinas y comes o para alguien que es familia de corazón, da apoyo.
Si quieres firmar con certificado digital, conocer los puntos de recogida de firmas presenciales o saber más sobre la iniciativa legislativa, puedes hacerlo en: esenciales.info. Además, puedes descubrir aquí 5 buenas razones para aprobar la regularización.
«era forastero, y me acogisteis» (Mateo, 25: 35)