El pasado 25 de junio, se firmó la integración definitiva de Cáritas Interarroquial de Mataró y Cáritas Diocesana de Barcelona, con el objetivo de afrontar juntas los retos de futuro
Desde finales de 2023 se inició el proceso de fusión de Cáritas Interparroquial de Mataró (CIM) con Cáritas Diocesana de Barcelona. Los equipos de gestión de ambas entidades han estado trabajando coordinadamente para que la integración se haya completado de forma exitosa. Esto supone ya una mayor capacidad para responder a las crecientes necesidades sociales, garantizando la solvencia de los proyectos de ayuda y apoyo a la población más desfavorecida de la ciudad de Mataró. En este sentido, durante el 2023 Cáritas Mataró ha acompañado a más de 2000 personas, y lo ha hecho cubriendo necesidades básicas, ofreciendo formación laboral, aprendizaje de lengua o brindando refuerzos educativos a los niños y niñas, entre otros. Este trabajo no habría sido posible sin la labor de las personas contratadas y de las 165 personas voluntarias.
El último director de Cáritas Mataró y actual consejero de Cáritas Diocesana de Barcelona, Joan Radó, describe esta integración como oportunidad. “Durante los últimos meses hemos podido ver cómo, juntos, estamos abriendo nuevos campos de actuación. Los tiempos marcan una evolución de las problemáticas sociales. La vivienda o la precariedad laboral suponen nuevos retos, y estas situaciones cambiantes nos obligan a adaptarnos para combatir la pobreza de siempre, pero también las nuevas necesidades. Debemos trabajar pensando en esos conciudadanos afectados por la exclusión social”, afirma.
Anna Selva, responsable de la Zona Pastoral 5 de Cáritas Barcelona (incluye buena parte de los municipios del Mareme), afirma que está en proceso de conocer todo el buen trabajo que Cáritas lleva a cabo en la ciudad de Mataró, pero no deja de sorprenderla positivamente la gran participación de las personas voluntarias. Sobre los retos de futuro en la ciudad, pero también en el conjunto de la diócesis de Barcelona, Selva considera que es necesario conseguir que nuevas personas se sumen al proyecto de Cáritas. “En el caso de Mataró, casi el 60% de los voluntarios son mayores de 65 años. Son personas con experiencia, que conocen de primera mano cómo acoger y acompañar a los más vulnerables de la ciudad. Sin embargo, es importante que podamos implicar a nuevas personas, sea como voluntarias o ensanchando la base de socios y donantes”. También ha recordado que la realidad socioeconómica de Mataró es peor que la de la mayoría de las ciudades similares y que la de la media catalana, según los últimos datos del Idescat. “Ante estas cifras, es más importante que nunca el compromiso de todos: administración, entidades sociales, y ciudadanía. Es necesario revertir esta situación y hacer frente a la emergencia social”, ha pedido.
Por último, el director de Cáritas Diocesana de Barcelona, Eduard Sala, vive esta integración desde la ilusión. “Somos familia. Sumar, multiplicar y acompañarnos es sinónimo de una Iglesia concretada en la acción local, al hacerlo juntos desde esa extensa familia que somos. La comunidad de Mataró es muy potente, y es una suerte contar con todas las personas que forman parte de ella. Para responder a las necesidades de personas con situaciones tan complejas es necesario que lo hagamos juntos. Solos no llegamos a ninguna parte”, concluye.