A menos de una semana para las elecciones al Parlament de Catalunya, Cáritas Diocesana de Barcelona presenta una serie de propuestas para el próximo Gobierno que surja de las elecciones.
“Hoy, pensando en el bien común, necesitamos imperiosamente que la política y la economía, en diálogo, se coloquen decididamente al servicio de la vida, especialmente de la vida humana”
Papa Francisco (Laudato si, n. 189)
En primer lugar, hay que trabajar por la dignidad humana. Para ello, es necesario que las administraciones garanticen el empadronamiento de todas las personas que viven en los municipios de la diócesis de Barcelona y del conjunto de Catalunya. Este es un requisito imprescindible para que las personas, sean de donde sean y vengan de donde vengan puedan ser atendidas por los servicios sociales de sus municipios.
Asimismo, es necesaria una Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC) armonizada con el Ingreso Mínimo Vital (IMV). Más de un 60% de las personas atendidas por Cáritas Barcelona afirman no conocer ninguna de las dos ayudas, y en el caso del IMV, más de un 20% dicen no tener suficiente información para solicitarla. Somos conscientes de las numerosas dificultades que tienen las personas más vulnerables a la hora de acceder y solicitar estas ayudas, y todo aquel mecanismo que facilite su tramitación será imprescindible para avanzar hacia una mayor protección social.
En cuanto al mercado laboral, tenemos una situación crítica. En el cuarto trimestre de 2020, el paro en Catalunya es de 537.900 personas, un aumento de 132.100 personas respecto al mismo trimestre del año anterior (+32,6%), situándose en niveles no vistos desde el 2017. Son necesarias políticas activas de empleo, focalizadas en los colectivos más vulnerables, como las personas en situación en paro de larga duración. Asimismo, la pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con la tecnología, pero hay muchas personas que no tienen acceso. Ya sea por desconocimiento informático, falta de ordenador o de conexión a internet, un 43% de las familias atendidas por Cáritas afirma que vive un “apagón digital”, ya que no dispones de las herramientas digitales para hacer la mayoría de las gestiones del día a día. Por este motivo, se necesitan proyectos conjuntos entre las administraciones y las entidades sociales para reducir la brecha digital.
Todo el mundo merece un hogar, pero son muchas las personas que no tienen un techo donde cobijarse o un espacio digno donde poder descansar o hacer los deberes con los hijos. Un hogar son mucho más que cuatro paredes, y la COVID-19 nos demuestra que necesitamos viviendas seguras donde protegernos de los elementos nocivos. Por todo ello, hay que facilitar el acceso al alquiler de mercado a la población en situación de exclusión social, ampliar el parque de vivienda pública de alquiler social y aprobar la estrategia integral para el abordaje del sinhogarismo en Catalunya, dotándola del presupuesto necesario para su despliegue.
Las personas mayores han sido las grandes olvidadas de esta pandemia, obligándolas a pasar muchas horas solas o que se hayan visto aisladas de sus seres más queridos. En este contexto, es necesario que la administración incremente la cobertura y la intensidad de la atención domiciliaria para personas mayores, y que agilice el procedimiento de valoración de la dependencia, incrementando la cartera de servicios. Finalmente, pedimos un aumento del número de plazas públicas y concertadas de los centros de día y residencias para personas mayores.
Hemos empezado con unas palabras del Papa Francisco, y creemos oportuno finalizar con otro escrito del Papa:
“Cuando se respeta la dignidad del hombre y sus derechos son reconocidos y tutelados, florece también la creatividad y el ingenio, y la personalidad humana puede desplegar sus múltiples iniciativas en favor del bien común”
Papa Francisco (Fratelli Tutti, n. 20)
Que estas propuestas nos ayuden a reflexionar sobre la sociedad que queremos construir, y que nuestros representantes gobiernen pensando en el bien común de todos.
