Con motivo del primer aniversario del inicio de la pandemia, Cáritas Barcelona ha inaugurado una exposición en el Museo Diocesano de Barcelona, que lleva por título “COVID-19: Abre los Ojos. Una lectura social y ecológica de la pandemia“. La exposición, que podrá visitarse gratuitamente hasta el 30 de junio de 2021, es un recorrido por este primer año de crisis sanitaria, económica y social, donde se pone de manifiesto la vulnerabilidad del ser humano.
El director del Museo Diocesano de Barcelona, Mn. Robert Baró, ha sido el encargado de dar la bienvenida al museo, afirmando que la exposición es una muestra de la labor social que lleva a cabo la Iglesia. “El edificio donde se encuentra el Museo Diocesano de Barcelona fue construido en el siglo XV, y se llamaba Casa de la Pia Almoina. Era una institución de beneficencia, que acogía y ofrecía comidas a 288 pobres. Que hoy nos encontremos aquí reafirma que el compromiso de la Iglesia hacia los más débiles viene de lejos“, ha indicado el director del Museo Diocesano de Barcelona. Mosén Baró ha querido hacer un agradecimiento especial a la parroquia de Sant Josep Oriol de Santa Coloma, y a Ester Grau, hija del artista Josep Grau-Garriga, ya que han puesto todas las facilidades para poder exponer el tapiz “Mártir”. Procedente de Australia, el tapiz fue expuesto en el marco de la Bienal de Sidney.
Seguidamente, el director de Cáritas Diocesana de Barcelona, Salvador Busquets, ha agradecido el Museo Diocesano la posibilidad de acoger la exposición, y ha recordado que todo el trabajo que se muestra no sería posible sin el apoyo de tantas personas que colaboran con la entidad. “Casi tres de cada diez donantes físicos y jurídicos no habían colaborado antes con Cáritas y este año nos ha enseñado que la ciudadanía se implica en los momentos de mayor necesidad”.
Busquets ha explicado que la exposición está formada por 40 fotografías de fotoperiodistas como Sandra Balcells, Dani Codina, Javier González, Pepe Navarro o Mingo Venero, y que muestran la diócesis de Barcelona en un contexto desconocido de pandemia, donde el sufrimiento, la angustia, la soledad o la desesperanza se hacen presentes. Las imágenes también son el ejemplo de la solidaridad de la ciudadanía, y como a pesar del contexto, hay esperanza. El director de Cáritas ha recalcado la presencia de dos elementos centrales de la exposición: Uno de los más destacables es la habitación de 10m2, que es donde han pasado el confinamiento el 40% de las personas atendidas por Cáritas. También ha puesto especial relevancia a la tarjeta monedero, ya que entre los meses de abril y diciembre de 2020, un total de 10.017 personas (3.865 hogares) recibieron una ayuda para alimentos, el 35% de las que se les facilitó la tarjeta monedero.
El director de Cáritas ha preguntado si seremos capaces de entender lo que la pandemia nos está contando, y ha afirmado que “Abre los ojos” quiere ser una respuesta a las múltiples preguntas que nos hacemos en torno a la COVID-19. “De esta crisis salimos todos juntos o no lo conseguimos. La crisis de 2008 la pagaron las personas más débiles, y no queremos que se repita con la crisis de la COVID-19. La exposición quiere hacer reflexionar a la sociedad, y les pedimos que se detengan y se den un minuto de lucidez para pensar en lo que podemos hacer de manera individual y colectiva para revertir la situación“.
1 año de crisis: Secuelas que se estancan y fatiga pandémica
Durante la inauguración de la exposición, Cáritas ha presentado el informe Tercera Ola del impacto de la crisis de la COVID-19 en los hogares atendidos por Cáritas Diocesana de Barcelona. Miriam Feu, responsable de análisis social e incidencia de Cáritas, ha sido la encargada de explicar las secuelas de la pandemia, remarcando que un año después de la declaración del estado de alarma, las familias han acumulado muchas crisis en una. “La protección social no llega a las personas más vulnerables. Esto, sumado a la sensación de aislamiento y agotamiento, provoca que las familias sostengan situaciones insostenibles. Debemos construir un nosotros integrador que no deje a nadie atrás”, indicó Feu.
La responsable de Cáritas ha destacado que 6 de cada 10 personas que acompañan desde Cáritas no tienen un trabajo digno, sea porque no encuentran (43,8%), o porque se ven obligadas a trabajar en el mercado informal (20%). Esta situación hace que más de 20% de las familias atendidas por Cáritas (cerca de 3.500 familias / 7.500 personas) vivan sin ningún ingreso, cuando antes de la pandemia eran el 8,2%.
La falta de ingresos ha provocado que 1 de cada 4 familias se haya visto obligada a cambiar de vivienda, buscando una opción más económica para salir adelante. Esto hace que el 64% de los hogares atendidos por Cáritas no disponga de una vivienda digna, y que la mitad de los hogares tengan grandes dificultades para hacer frente a los gastos de la vivienda (alquiler o suministros). Esto genera un gran deterioro en las condiciones de vida de las familias, ya que el 48,5% no pueden llevar una alimentación adecuada (un 7% más que en febrero de 2020) y un 35% no pueden acceder a la medicación que necesitan (+11% respecto antes de la COVID-19).
“Las secuelas de esta crisis se están enquistando. Aumenta la fragilidad y la desprotección en un contexto de fatiga pandémica, y la situación no podrá sostenerse mucho más tiempo si no se toman medidas inmediatas. No puede ser que solo el 7% de los hogares que acompañamos cobre alguna prestación de ingresos mínimos (ya sea RGC o IMV). Necesitamos abrir la mirada, abrir los ojos y diseñar políticas que nos lleven a una nueva realidad, donde construimos un nosotros integrador, que no dejé a nadie atrás”, ha concluido.
Finalmente, el Cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y Presidente de Cáritas, ha remarcado que la Iglesia siempre está presente en tiempo de desolación, y que la ciudadanía, independientemente de su ideología, se vuelca en favor de la causa de Cáritas. “Es necesario que trabajemos juntos para vencer esta crisis. Como dijo el Papa Francisco, no podemos abordar la pobreza promoviendo estrategias de contención que únicamente tranquilicen y conviertan los pobres en seres domesticados e inofensivos”, ha indicado.