Las Cáritas de Haití y de Cuba han puesto en marcha sus respectivos planes de respuesta a la emergencia causada por el huracán, los efectos, a medida que se va accediendo a las zonas siniestradas, son calificados como “catastróficos”.
Considerado ya como el huracán más potente que ha golpeado las costas de Haití y Cuba en los últimos nueve años, el alcance de pérdidas en vidas humanas -que en Haití superan ya los 300 muertos- y en daños materiales es mucho más extenso que los estimados inicialmente.
Reparto de ayuda de emergencia en Haití
En Haití, Cáritas está ayudando a las familias que han perdido sus hogares en las zonas de Tiburón, Cayes, Jérémie, Miragoâne y Jacmel. Su trabajo se desarrolla en coordinación estrecha con los equipos de emergencia del Gobierno, que ha declarado la alerta roja y ha abierto más de 200 refugios contra huracanes en las zonas de riesgo.
En Cayes, Cáritas Haití está repartiendo paquetes de comida a las familias que han buscado refugio en los albergues y en Jacmel está proporcionando a los afectados comida caliente, agua y productos de higiene. Cáritas dispone, a estas alturas, de reservas de alimentos para los damnificados por cuatro días.
“El efecto del huracán en el sur de Haití es catastrófico”, señaló Jean-Hervé François, director de Cáritas Haití. “En esta zona se han registrado numerosas muertes por ahogamiento y derrumbe de edificios. Algunas comunidades están bajo el agua. Muchas casas están dañadas y numerosas personas lo han perdido todo”, añade.