Un nuevo inicio de curso, y un año más todos los niños catalanes llenarán las escuelas y llevarán las mochilas llenas de ilusiones, esperanzas y expectativas. Todos, cada uno de acuerdo a su edad, deberá asumir una serie de retos que van más allá del aprendizaje: ¿Haré amigos?, ¿Me aceptarán? ¿Lo podré superar?
La escuela es el espacio esencial para la construcción de la sociedad y la formación de las personas, y es por eso que pedimos que las escuelas dispongan de aquellos recursos que precisan para sacar adelante esta importantísima tarea. Lamentablemente estamos lejos de disponer de los recursos necesarios.
Afortunadamente, entidades como Cáritas acaban cubriendo algunas de las carencias del sistema educativo. En este sentido, cabe destacar el papel de muchas escuelas, claustros y agentes educativos que día a día trabajan en la construcción del futuro de nuestra sociedad para ofrecer oportunidades a los niños y sus familias. Con todo, las carencias son tan grandes que los esfuerzos a menudo son insuficientes, y se necesitan políticas más firmes y decididas que permitan hacer de la educación el pilar de nuestra sociedad y la construcción de un mundo mejor y más justo.
Desde Cáritas Diocesana de Barcelona y pensando en el compromiso hacia los demás, hemos puesto nuestro grano de arena cubriendo las necesidades de más de 3.800 niños durante el curso 2017-2018. Hemos destinado unos 183.000 € en gastos relacionados con infancia, donde se recogen ayudas tan importantes como son las becas comedor, el material escolar o las guarderías, pero también hemos ofrecido servicios educativos que complementan la escuela y la educación formal: refuerzos educativos, centros abiertos, etc.
Este curso 2018-2019 seguiremos trabajando en la misma línea: atendiendo necesidades, ofreciendo oportunidades, construyendo una sociedad más justa y equitativa, y con la firme convicción de que un mundo mejor es posible.