Esta semana, niños y jóvenes de toda Catalunya han vuelto a la escuela. Desgraciadamente, no todos han vuelto de la misma forma en la que se fueron. La COVID-19 ha agravado las desigualdades que los niños más vulnerables ya tenían con relación a muchos de sus compañeros de clase.
El informe “(Primer) impacto de la crisis de la COVID-19 en las familias atendidas por Cáritas Diocesana de Barcelona“, realizado en 475 hogares atendidos por Cáritas Diocesana de Barcelona entre el 18 y 25 de mayo, concluye que en una de cada tres familias (32,4%) había disminuido el rendimiento escolar de los hijos, ya que no podían seguir el ritmo marcado por el centro de enseñanza.
Más de 3.600 personas acompañadas por Cáritas no cuentan con conexión a internet, y eso aún amplía más la brecha digital, alcanzado un impacto excepcional durante esta crisis. La falta de acceso a las tecnologías no solo ha tenido afectación al seguimiento escolar, sino también a la hora de realizar trámites con la administración. Esta situación ha supuesto que tres de cada diez hogares manifiesten que han perdido oportunidades de empleo y formación, y que una cuarta parte no haya podido acceder a determinadas ayudas públicas.
Unas carencias que ya vienen de lejos
Marta Creus, asesora de equipos del programa de Familias e Infancia de Cáritas Diocesana de Barcelona, ha advertido que no se puede hablar de brecha digital sin hablar de la brecha social. Para Creus, las familias no solo tienen menos oportunidades de ofrecer apoyo educativo a los hijos por falta de recursos, sino también porque no entienden la lengua, su horario laboral no se lo permite o no tienen un espacio adecuado donde hacer los deberes. En este último aspecto, Cáritas ha recordado que el 43% de las familias con niños atendidas por Cáritas viven en una vivienda no digna, que incluye haber pasado el confinamiento en habitaciones de realquiler.
“Ahora se ha visto la necesidad de asegurar un ordenador o tableta por alumno con la máxima calidad de conexión, pero el reto no es solo aportar material informático, sino acompañar a los niños que quizás tienen que vivir en una habitación con personas desconocidas”, indica la asesora de Cáritas.
Además, un 3,9% de las familias están prestando menos atención a los niños de la necesaria y un 3,5% admiten que han tenido que dejar solos y durante más de 2 horas a sus hijos menores de 10 años
Garantizando una vuelta a la escuela con igualdad de oportunidades
En un contexto donde la pobreza de los hogares con hijos en Catalunya se sitúa en el 28,6%, Cáritas Diocesana de Barcelona ha apoyado a más de 200 familias para garantizar que el retorno a la escuela sea el mejor posible. Durante el 2020, la entidad ha destinado 73.000€ para adquirir material escolar, ofrecer becas comedor o actividades extraescolares y pagar cuotas de guarderías, entre otros. Asimismo, cuatro empresas han ofrecido más de 200 tablets y ordenadores portátiles a Cáritas, que se han destinado a aquellas familias que no disponían de las herramientas para hacer los deberes con los niños o cualquier gestión administrativa.
Con motivo de la vuelta al colegio y durante el mes de septiembre, Cáritas Diocesana de Barcelona ha impulsado la campaña En la educación, igualdad de oportunidades, con el objetivo de destinar 12.000€ a la compra de material escolar o garantizar el acceso a internet de una familia.